Estaba estudiando a mi amigo Descartes y no es que me
parezca demasiado aburrido, pero es que él mismo dice “Pienso, luego existo”, y
la cabeza se me va a pensar en cosas varias. ¿Sabes qué? He estado pensando en
todas las tonterías que nos salen cuando estamos juntos, en cualquier lado,
cuando la gente se nos queda mirando y se ríe, cuando hablan de nosotros,
cuando nos miran raro y cuando incluso se meten en nuestra propia tontería. Ya
sé por qué cuando estamos sentados en un banco todo el mundo parece diferente,
y tan normal… menos tú. También sé por qué se nos quedan mirando, y por qué se
rien de nosotros. Porque en realidad no se ríen de nosotros (bueno, reconozco
que hay algunos que sí… pero es normal, yo también lo haría), sino con
nosotros, comparten nuestra felicidad, o más bien, la compartimos con ellos. Es
como cuando te ríes con o de alguien que no conoces y ya te cae simpático.
Estás robándole un poquito de su felicidad que a esa persona no le cuesta nada
regalar. A mí cuando estoy contigo tampoco me cuesta nada dejar que alguien más
se beneficie por nuestra causa, ¿no crees? Porque me siento bien y es como
quien dice el mejor remedio. Y quiero pasar muchos más días así, contigo,
porque eres tú el que crea esa felicidad, tan natural, que a mí tanto me
encanta.
Sé que no vamos a salir ni más listo ni empollones por pasar
tiempo en la biblioteca, pero por lo menos sé que más felices sí. Eso ni se
duda.
Además, que el que hace tonterías no es que esté loco, es
que está feliz.
Pd: Firmado con un guiño.
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