Es como si fuera algo que me calma pero sin el como, porque lo que más me apetece del mundo es tenerle aquí delante y tirarme a sus brazos, para abrazarle lo más fuerte que pueda... Me encantaría poder vivir sin aire, sin agua, sin luz, pero no sin él, porque como todas esas cosas, es técnicamente imposible, imposible de cualquier forma. Siento a veces sacar mi humor de mierda en forma de palabras que duelen, que en realidad no significan ni la mitad de lo que de verdad siento, a veces sí, pero la mayoría de veces no.
Creo que la concepción que tiene el mundo del amor no es del todo correcta. Amor no es tener a alguien regalándote cosas bonitas a todas horas, ni diciéndote solamente lo que quieres oír. No es presumir del novio o novia que se tenga solo por aparentar, ni tampoco estar con alguien por quien no tienes sentimientos de verdad. Tampoco es darse por vencido por nada y no intentar buscar una salida, cualquiera que sea mejor, que por muy dura que sea, merezca la pena intentarla. No es tener a alguien que esté dispuesto a darlo todo por ti mientras tú solamente aceptas, sin dar. Porque el amor es dar, darlo todo por quien creas que se lo merezca y no esperar nada a cambio, solamente su felicidad. Es estar dispuesto a hacer cualquier cosa por estar con él, por un abrazo, por un beso, por ver su cara, por un guiño nada más.
El amor no es esa persona intentando calmarte y dándote la razón mientras le gritas, sino que es esa persona gritándote de vuelta, hasta dejarte sin voz. Es aquello que te dice, lo que quieres oír y lo que no, lo que te refuerza y lo que te hunde. Es cuando le das la mano no para ver lo bonito que queda, sino para poder apretarle lo más fuerte que puedes, para no dejarle ir, para sentirle todo el rato, para decirle así que le quieres. Es buscar el abrazo más fuerte que se pueda dar y así, sentirte la persona con más suerte del mundo. Es simplemente que te guste pasar horas mirándole y nada más, callarle con un beso, dejar que te calle y ser cada uno tal y como se es. Es aquello que ocurre sin darnos cuenta, hay amores tan firmemente fuertes que pasan desapercibidos en el mundo, esos son de los mejores, mejor que aquellos que lo aparentan y en realidad no lo son. Es algo que a veces cuesta describir, pero que cuando piensas en ello únicamente se te aparece su imagen en la cabeza, por eso sabes perfectamente lo que es y no te hace falta decir nada. Por eso sientes que es como una droga. Ahora entiendo eso que me sonaba a drogadicto, entiendo el significado, porque cada poco necesitas una dosis, y no puedes dejar de esperar a que llegue. Y con el tiempo vas necesitando más y más, se hace más fuerte y mejor. El amor es dejar una huella en alguien, y una vez que te la dejan a ti no quieres que se despegue de ti para que no se borre. Más que sentir como quien dice mariposas en el estómago, es una sensación de tener nervios de infarto, sensaciones de angustia, de felicidad, de nostalgia muchas veces, de bienestar con todo lo que tenga que ver con él, incluso de escalofríos mientras sientes caricias por la espalda. El amor son tantas cosas, para muchas personas no existe, pero yo pensaría que cada persona vive el amor de la forma que quiere, y a cada uno nos parece lo mejor aquello que nos da la felicidad, que aporta más que un grano de arena una playa entera a nuestra vida, porque al fin y al cabo termina convirtiéndose en alguien más importante que tú mismo, resulta que mi mundo nunca más va a volver a girar en torno a mí, y no me desagrada esa sensación, para nada.
El amor es llorar, sin más, de alegría o felicidad, sin razón o con razón... Mi teoría es que quien siente de verdad y conoce lo que es el amor sin engañarse, ha dejado salir sus sentimientos, tanto como una explosión de felicidad como en forma de lágrimas. Esas que no ve nadie, esas de cuando estás tumbado en la cama, que no te dejan ni dormir. De esas hablo, de las de los sentimientos de verdad. Porque el amor es mil veces mejor que sentirse 100% feliz sin tener a alguien que te enseñe que hay un mundo de diferencia entre sentirse feliz y sentirse completo.
Creo que la concepción que tiene el mundo del amor no es del todo correcta. Amor no es tener a alguien regalándote cosas bonitas a todas horas, ni diciéndote solamente lo que quieres oír. No es presumir del novio o novia que se tenga solo por aparentar, ni tampoco estar con alguien por quien no tienes sentimientos de verdad. Tampoco es darse por vencido por nada y no intentar buscar una salida, cualquiera que sea mejor, que por muy dura que sea, merezca la pena intentarla. No es tener a alguien que esté dispuesto a darlo todo por ti mientras tú solamente aceptas, sin dar. Porque el amor es dar, darlo todo por quien creas que se lo merezca y no esperar nada a cambio, solamente su felicidad. Es estar dispuesto a hacer cualquier cosa por estar con él, por un abrazo, por un beso, por ver su cara, por un guiño nada más.
El amor no es esa persona intentando calmarte y dándote la razón mientras le gritas, sino que es esa persona gritándote de vuelta, hasta dejarte sin voz. Es aquello que te dice, lo que quieres oír y lo que no, lo que te refuerza y lo que te hunde. Es cuando le das la mano no para ver lo bonito que queda, sino para poder apretarle lo más fuerte que puedes, para no dejarle ir, para sentirle todo el rato, para decirle así que le quieres. Es buscar el abrazo más fuerte que se pueda dar y así, sentirte la persona con más suerte del mundo. Es simplemente que te guste pasar horas mirándole y nada más, callarle con un beso, dejar que te calle y ser cada uno tal y como se es. Es aquello que ocurre sin darnos cuenta, hay amores tan firmemente fuertes que pasan desapercibidos en el mundo, esos son de los mejores, mejor que aquellos que lo aparentan y en realidad no lo son. Es algo que a veces cuesta describir, pero que cuando piensas en ello únicamente se te aparece su imagen en la cabeza, por eso sabes perfectamente lo que es y no te hace falta decir nada. Por eso sientes que es como una droga. Ahora entiendo eso que me sonaba a drogadicto, entiendo el significado, porque cada poco necesitas una dosis, y no puedes dejar de esperar a que llegue. Y con el tiempo vas necesitando más y más, se hace más fuerte y mejor. El amor es dejar una huella en alguien, y una vez que te la dejan a ti no quieres que se despegue de ti para que no se borre. Más que sentir como quien dice mariposas en el estómago, es una sensación de tener nervios de infarto, sensaciones de angustia, de felicidad, de nostalgia muchas veces, de bienestar con todo lo que tenga que ver con él, incluso de escalofríos mientras sientes caricias por la espalda. El amor son tantas cosas, para muchas personas no existe, pero yo pensaría que cada persona vive el amor de la forma que quiere, y a cada uno nos parece lo mejor aquello que nos da la felicidad, que aporta más que un grano de arena una playa entera a nuestra vida, porque al fin y al cabo termina convirtiéndose en alguien más importante que tú mismo, resulta que mi mundo nunca más va a volver a girar en torno a mí, y no me desagrada esa sensación, para nada.
El amor es llorar, sin más, de alegría o felicidad, sin razón o con razón... Mi teoría es que quien siente de verdad y conoce lo que es el amor sin engañarse, ha dejado salir sus sentimientos, tanto como una explosión de felicidad como en forma de lágrimas. Esas que no ve nadie, esas de cuando estás tumbado en la cama, que no te dejan ni dormir. De esas hablo, de las de los sentimientos de verdad. Porque el amor es mil veces mejor que sentirse 100% feliz sin tener a alguien que te enseñe que hay un mundo de diferencia entre sentirse feliz y sentirse completo.
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