martes, 28 de agosto de 2012

Tengo muchas razones

Admito que en ocasiones debería ser mas egoísta, pero el problema es que lo soy cuando no toca. No me hace gracia que me hagan esperar, pero menos hacer esperar, por eso no tengo ni idea de por qué soy tan impuntual. Cuando veo algo que quiero, intento hacer todo lo que esté en mis manos por conseguirlo, y hasta que no lo consigo, no me quedo tranquila. Podría decirse que soy un poco bastante cabezota y que es difícil cambiar mi forma de ser. Conozco a bastante gente, tengo muchos amigos, conocidos, y demás, pero estoy segura de que hablando de mis amigos con los dedos de las manos me sobra para contar a los de verdad. No puedo evitarlo, siempre suelo depender de ciertas cosas o personas, sin las que sé que no podría ser verdaderamente feliz. Me cuesta mucho expresar mis sentimientos, y cuando lo hago, las pocas veces claro, me siento mucho mejor. Mi madre dice que soy irresponsable e inmadura, qué mal y qué bien me conoce a la vez. A veces me cuesta pedir perdón, por eso de que soy cabezota, y sé que no perdono enseguida. Que me pidan perdón, pero no demasiadas veces, por favor. Estoy segura de que lo peor que se puede hacer es perder el tiempo, y yo, lo hago a menudo, cosa que más tarde me paro a pensar. Me considero bastante introvertida, aunque hay algunas personas con las que no me cuesta nada ser yo misma. Soy impulsiva, hago cosas sin pensar, de esas de las que luego la gente se suele arrepentir, pero yo nunca lo hago, arrepentirse me parece de idiotas. No tengo fuerza, hasta un saltamontes me ganaría en un pulso. Es demasiado fácil hacerme daño, soy bastante sensible. No me gusta llorar, pero lo hago tanto que pienso que hasta me sienta bien. Eso sí, si es de risa me encanta. No me considero con ninguno de esos adjetivos con los que uno se suele describir (simpático, divertido, cariñoso, alegre, etc). No sabría como describirme, solo me sale decir eli, en minúsculas como lo soy yo.
Un buen destino es que dos personas se encuentren, cuando ni siquiera se estaban buscando, y me doy cuenta, de que me ha tocado el mejor destino del mundo. Mi helado favorito es el mantecado, vainilla o como mejor suene, pero con cucurucho de chocolate. Me gusta hacerme fotos con mis pesquis, sí, aunque soy de esas que odia posar, simplemente porque no sé. Puede que se me de bien mentir, pero a veces, casi siempre, lo estropeo riéndome, no puedo por menos. Me gusta escuchar a las personas, en serio, y hacer que se sientan comprendidas, como hacen conmigo. No me gustan las palomas, pero sí me gusta ser feliz. Odio que a veces se me agote la paciencia. No aguanto que se me duerma el pie, es un hormigueo que acaba conmigo, y que siempre siempre me acaba pasando si me siento. En cuanto a cosquillas, depende del día. Un día con solo tocarme ya me ves retorciéndome, otro en cambio puede que no me encuentres cosquillas por ningún lado. Tienes que buscarlas, hasta que las encuentras. Las caricias me pierden, ah y no me gusta que me tiren del pelo, no seé a las demás chicas del mundo pero a mí me duele. Cuántas veces me habré dicho a mí misma: no te estoy diciendo que será fácil, te estoy diciendo que valdrá la pena. Porque hay que luchar por la cosas que uno quiere. Odio estar en casa sin hacer nada, siempre busco cualquier excusa para salir. Tengo muchas manías, no paro de tocarme el pelo y morderme las uñas cuando me pongo nerviosa, muerdo los bolígrafos, y necesito una ración de abrazos de vez en cuando. Me encanta la fiesta, bailar, pasarlo bien y estar con mis amigas. No me gusta el tabaco, es más, cada vez me vuelvo más intolerante al humo. Una de mis aficiones es aprenderme muchas canciones para después cantarlas a la vez que las escucho, y otra es reírme junto a mis amigas de las personas que escriben cosas como estas: “jeje, bss y tkm”. A lo largo de mi vida he tenido peces, y al tortugo Hugo. Me gustan algunos animales, algunos. Y los niños, me encantan los babies. Quiero tener varios hijos, y que la primera se llame Martina. No aguanto que la gente me tome por tonta. Soy muy celosa, más de lo normal. Para nada envidiosa, y si tengo envidia, es de la buena. Me gustaría vivir un tiempo en algún lugar de habla inglesa, y vivir en ciudad con playa, bien bonita. Las culebras me dan miedo, quizás asco, o las dos cosas. Me gusta el olor a gasolina, pero me cansa. También el olor a pintura, y detesto el de mis manos cuando como mandarinas. El amor a primera vista no existe, al principio solamente puede ser atracción. Eso sí, es cierto que hay personas que regalan cariño con solo mirarlas, eso lo sé. Me gusta la fotografía, pero con la música que me gusta me siento completamente en mi ambiente. Tengo canciones que escucho siempre, siempre que necesito subirme un poco la moral. Me gusta pintar, como tantas veces hacía de pequeña. Me gusta viajar, y no he viajado poco, pero mi sueño es ir a alguna ciudad de esas enormes al lado de ellas. Y también, un viaje en el que podamos perdernos del mundo, con él, que también se muere de ganas. Me gusta visitar algunos lugares confrecuencia. Uno en especial, que está ahí siempre, esperando con los brazos abiertos, como un amigo, que te enseña además un vista preciosa de Santander. Mi altura me gusta. Soy chiquitina sí, pero me siento cómoda y no me gustaría ser una de esas ginchos que no puede usar tacones. Sería incapaz de matar a alguien, es algo superior a mí. Me gusta la playa, el mar, los caminos de helechos, y las aventuras. Me encanta bañarme en el mar, pero odio cuando se me queda pegada la arena. En eso me he vuelto un poco tiquismiquis, pero la grima que da no la aguanto. Me encanta vivir en una ciudad con playa, no podria vivir en un sitio sin mar, porque relaja. Ver el mar, las olas y todo, a mí me ayuda a desestresarme y a dejar de pensar en problemas. Nunca encuentro lo que busco. No es que sea tan desordenada, más bien despistada. Cuando mis padres me dicen “para” yo digo “adiós”, sí, me encanta llevarles la contraria. Me gusta mucho pintarme las uñas, y odio mis manos. Me encanta la paella, la nocilla, y hablando de chocolate, me he vuelto una viciada al milka de galleta. Me muero por los crepes con chocolate, y mi postre preferido es brownie, el volcán de chocolate tal vez. La pizza me pierde, pero no puedo vivir sin patatas fritas de bolsa. Me encanta tomarlas con gazpacho, es una combinación que no falla. No prefiero lo salado a lo dulce, prefiero mezclar los dos sabores. No cuento calorías, me da un poco igual, aunque como a todas me gusta mantenerme en forma. Me río por cualquier tontería y es muy poco lo que pido para ser feliz. Odio estudiar, soy de ciencias, y me gusta hacer el vago. Odio las faltas de ortografía pero cometo demasiadas. Adoro las películas de risa fácil, pero siempre acabo con alguna de esas que hacen llorar. Me gusta que me llamen con apelativos cariñosos, lo que no me gusta nada es que me llamen por mi nombre entero. No me canso de repetirlo, que soy eli a secas. A lo largo de la vida me estoy dando cuenta de que las únicas personas que necesitas en tu vida, son las que te demuestras que te necesitas en la suya. Mi cama tiene un peluche, un osito y unos cojines. Cuando lo necesito cojo alguno de esos y me duermo abrazándolo, lo reconozco. Tengo unas ganas enormes de poder dormir abrazada a él, pero no solo un día, sino todos. Mi número favorito siempre ha sido el 10, como mi número en baloncesto, pero me gusta la palabra impar. No veo mucho la tele, más bien anda, pero me gustan demasiado las series tontas, y odio los programas que solo hacen más que gritar, más conocidos como del corazón, además no veo el telediario, demasiadas desgracias en el mundo para mi gusto. Adoro dormir, es algo que disfruto, pero no entiendo las siestas, menudo desperdicio de tiempo, aunque si estoy muy, muy cansada, me encantan. Canto fatal. Si me preguntas qué quiero ser en unos años, responderé cual niño de 2º de primaria, que quiero ser rica y formar una familia feliz. Me gustaría ir a Italia para comer mucha pasta. De pequeña merendaba paté, y ahora si lo tomo es por no hacer el feo. Me fío demasiado de todo el mundo. Adoro los abrazos, sobre todo que me los den de sorpresa. Utilizo mucho la ironía, y reconozco que me siento bien cuando pillo las cosas a la primera. Me pone nerviosa la gente que vive a un ritmo más lento que yo. Odio los piercings que se suelen poner macarras y chonis, y me encantaría tener un mini tatuaje de esos que se mantienen en secreto, a pesar de que no me gusten. Quisiera poder volar. Me gusta hacer muecas frente los espejos, dicen que si lo haces no tendrás arrugas. Conozco a las mejores personas del mundo, y tengo una suerte... son mis amigas, y mi pesca. Siempre me despierto escuchando música, y canto bajo la ducha. Odio los cambios, me gusta que las cosas sigan su curso normal, pero tampoco soy amiga de la monotonía. Los lunes apestan. No me desagradan las tormentas, ver y oír llover. Mi estación favorita es el verano. Si habláis conmigo, podéis meteros la modestia por el culo. Me gusta cocinar. Soy bastante insegura, mucho la verdad. Nunca sé si las cosas van en serio, me cuesta coger confianza con los demás. Tengo la manía de apagar siempre las luces. Llevo reloj y pregunto la hora inconscientemente. Nunca me mareo en coche. Me encanta ir de compras, cuando empiezo no puedo parar, hasta el punto que me agobia. Porque me agobia la gente, escapo de donde haya demasiada gente junta. Por la calle, hago movimientos matrix para no chocarme con todo quisqui que le da igual llevarse por delante a cualquiera. No me gusta hacer los deberes, ¿pero a quién sí? Cuando tengo el pelo largo me gustan las trenzas. Me encanta laverme el pelo y que se seque solo, no me gusta nada utilizar secador. Odio como salgo en la orla del cole, como cada año. Tengo muchas colonias, pero la que más uso es solo una. Hay veces que no me gusta llevar bolso, pero siempre llevo, es necesario. La verdad es que me encantan, tantos los bolsos como los zapatos. Y las joyas, cualquier cosa que brille. No me suelen gustar los pies, puede que sean de las cosas más feas del cuerpo humano. Me gusta improvisar, soy muy indecisa. No sé elegir. Odio la prepotencia. No llevo la mochila por el culo. Detesto la historia y las matemáticas. Odio las pesadillas y me encanta soñar despierta. Me ilusiono con facilidad. Me gusta la gente que cuando te ve mal, lo que te da es un abrazo, y no excusas y motivos baratos por los que deberías dejar de estarlo. Pienso que si se ponen normas, son para que alguien las incumpla. Me encanta contar chistes, y además, los cuento fatal. Me gusta mil veces más que me los cuenten a mí, porque me encantan que me hagan reír. No hay nada más bonito que una persona que sepa sacarte una sonrisa cuando más lo necesitas. La ilusión de mi vida es dormir a su lado, y despertarme con alguno de sus besos. Para mí, una de las mejores sensaciones, es abrazar a una persona después de haberla echado tanto de menos. Me encanta que me haga la baza, y me encanta hacerme bolita. Los abrazos bolita son de los mejores. Muchas veces necesito un abrazo de esos que sin palabras te hacen sentir que todo estará bien. Uso siempre rímel, y odio cuando se me emborronan los ojos después de haber llorado. Menos pensar y más reír. Soy muy cotilla. Me enfado mucho, lo sé, y lo paso mal. Siento un escalofrío con el crujido de huesos, pero me gusta sentir el crujido de la espalda. Tengo enemigos, ellos sabrán por qué, porque yo no. Desearía ser ya mayor y tener los recursos para independizarme. Me enamora que me llamen princesa. No me gusta defraudar a los demás, ni ser la causa de alguna comida de cabeza. Reconozco que es difícil aguantarme, pero a quienes quiero lo hacen, y lo demás, todo lo demás, me da igual. Algunos recuerdos me hacen sonreír y desear que vuelvan a repetirse. A veces, muchas veces,  pienso en que quiero desaparecer, pero todo lo que realmente quiero... es que me encuentren. Tengo personitas que son partes imprescindibles e insustituibles de mi vida. Y tengo todavía muchos sueños por cumplir. Siempre he querido que alguien venga a buscarme y me diga que haga las maletas, que nos vamos juntos, muy lejos, aunque no me diga dónde. Estoy segura segurísima que todo a su debido tiempo, llegará. Porque lo que está destinado para ti, tarde o temprano llega a tu vida. Y a veces es mejor no pensar en nada y dejar que las cosas pasen como deben de ser. Algo que jamás voy a olvidar, es que el mundo está loco y que lo realmente bueno de esta vida, despeina… Y que la vida es muy corta, como para andar peinándose. A veces es bueno hacer una pausa en nuestra búsqueda de la felicidad y simplemente, ser feliz.
Me llamo eli, todo en minúsculas.

 “Uno por el tiempo, dos por los amigos, tres por los buenos momentos que nos quedan juntos”

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