No soy nadie especial. No he hecho nada especial en esta vida y tampoco espero llegar a serlo. Simplemente porque no lo voy a ser. Pero aún así, hay personas que me hacen sentir especial, solamente porque están conmigo. Hoy me toca a mí decirte algo. Resulta que me pongo a ver el calendario, y me doy cuenta de que ya es septiembre otra vez. Día 4. Y que ha pasado un año mientras que a mí, me parece que ha pasado mucho menos tiempo. Me acuerdo cuando me dijiste que no te gusta tener día especial. Que tú lo que prefieres es ser especial, y mira si lo eres, que todo lo haces especial. Nunca sé si es verdad lo que vivimos o si vivo en una imaginación. Pero pasan cosas, tanto buenas como malas, y qué más da, es parte de la vida, y yo no quiero que dejen de pasar. Porque todo sucede por alguna razón. Yo decido quedarme contigo, y es porque te necesito.
¿Sabéis lo que me gusta de él? Que casi sin darse cuenta, hace todo esto más fácil. Que siempre es él mismo, que no se somete a lo superficial y que todo esto no depende del lugar ni el momento, nosotros somos el lugar y el momento. Somos recuerdos y mil experiencias vividas. Somos mucho más de lo que creen. Él es mucho más de lo que creéis. ¿Sabéis que me gusta de él? Que a pesar de tantas cosas vividas, sigue regalándome sonrisas nuevas, que le hago repetir. Todos y cada uno de los días.
Y te voy a decir por qué eres especial. Resulta que tienes la habilidad de hacerme sonreír, a pesar de haberme hecho llorar. Y me gusta. Me gusta que me hagas sonreír, pasármelo bien contigo, hacer aventuras, quedarnos atrapados en una isla desierta, subir la montaña más alta... Todo me gusta, pero lo me encanta es algo mucho más simple, pero que lo es todo: un abrazo. A lo mejor son tus abrazos lo que te hacen tan especial, o tu sonrisa, o todo el conjunto más bien. También es la forma que tienes de querer, de demostrar y tus ganas por seguir adelante con todo. Tienes ese empujón que a mí siempre me ha faltado, y una manera muy distinta de ver la realidad. Pero que a mí, todo en ti me gusta. Me gusta también que nos enfademos porque creo que es la forma que tenemos de demostrarnos las cosas. Pero sin duda me quedo con los buenos ratos contigo, que creo que ya son muchos (a pesar de mi memoria de pez, procuro acordarme de todo). Esto iba a ser una especie de agradecimiento. Sí, las gracias se dan siempre, siempre que algo bueno llega hasta a ti, inesperadamente, sin haberlo buscado. Así que a ti, miles de millones de gracias, per tutto, por aparecer así y por seguir aquí.
Y una cosa más, que pasa a ser una petición, para que cuentes siempre conmigo. Porque quiero que me llames cuando te sientas solo, cuando necesites un hombro para llorar, cuando necesites un "te quiero", cuando quieras un beso, cuando quieras desahogarte, cuando necesitas que te alegren, cuando quieras hablar o escuchar tu nombre, cuando necesitas que te recuerden lo mucho que mereces la pena, cuando estés harto de todo lo que tienes alrededor, o cuando simplemente necesites saber que tienes a alguien ahí, dispuesta a hacer tantas cosas por ti. Búscame para que te de un abrazo, cuando no consigas una sonrisa, cuando quieras escaparte aunque sea por un momento, cuando busques a alguien con quien compartir aventuras, o cuando necesites que te digan que eres la persona más buena del mundo. Cuando necesites ver a alguien, cuando te quieras descargar, cuando necesites cualquier plan. Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiera. Búscame cuando eches en falta las risas, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres. Búscame cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo, cuando mis ojos ya no te pidan guerra. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos que tenemos. En cualquiera de los casos, sabes que puedes buscarme a mí, a tu pequeñaja. No lo llames amor si no quieres, no me importa el nombre, sino lo que es. Por eso, te dejo que me quieras como tú prefieras: con ganas, a mordiscos, a besos, a abrazos, al cincuenta por ciento, al cien por cien, cada segundo que pase, cada minuto, con tus dudas, hasta el fin de los tiempos o tan solo 24 horas. Me da igual, me conformo con que me quieras un poquito, cuando menos lo merezca, porque será sin duda cuando más lo necesite. Y con que me dejes quererte a ti todo lo que sé. Porque necesito quererte, es algo que forma parte de mí, y hay tantas tantas cosas sin las que no podría estar. Me he acostumbrado a ti, y a tu forma de vivir las cosas. Me gusta cuando me echas de menos, y cuando tienes ganas de abrazarme. También me gusta cuando piensas en mí, y cuando paso tiempo contigo. Cuando me das la mano, y cuando me abrazas tan fuerte que no puedo evitar ese corte de respiración. Me gustas cuando dices tonterías o cuando metes la pata. Me gustas cuando me cubres de besos o cuando eres feliz y se te nota, cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes. Pero me gustas aún más cuando casi no puedo resistir lo que me gustas. Me gusta como eres conmigo, y como eres tú siempre. Por eso lo que quiero es ser tu otra mitad, pero de forma que tú no cambies.
Todos tenemos problemas, y la forma en que los solucionamos es lo que nos hace diferente ¿no? Estoy aprendiendo eso de ti, a solucionar los enfados en un visto y no visto, y lo acabaré consiguiendo.
La verdad es que, en la vida existen momentos incomparables, cosas inexplicables, personas inolvidables y a la vez, especiales. A ti te gusta sentirte especial, y te prometo con una cruz que lo eres.
Yo pienso que si alguien te hace reír y el tiempo se te va volando, no tienes que buscar más, porque esa es la persona correcta. No se trata de que todo sea perfecto, sino verdadero. Porque no sé si lo sabes, que los momentos perfectos están hechos por personas imperfectas.
Mil felicidades bichuco.
Te quiere, infinitamente, como ya sabes, tu eli.
“Les costaba ponerse de acuerdo. De hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días. Pero a pesar de sus diferencias tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro”
¿Sabéis lo que me gusta de él? Que casi sin darse cuenta, hace todo esto más fácil. Que siempre es él mismo, que no se somete a lo superficial y que todo esto no depende del lugar ni el momento, nosotros somos el lugar y el momento. Somos recuerdos y mil experiencias vividas. Somos mucho más de lo que creen. Él es mucho más de lo que creéis. ¿Sabéis que me gusta de él? Que a pesar de tantas cosas vividas, sigue regalándome sonrisas nuevas, que le hago repetir. Todos y cada uno de los días.
Y te voy a decir por qué eres especial. Resulta que tienes la habilidad de hacerme sonreír, a pesar de haberme hecho llorar. Y me gusta. Me gusta que me hagas sonreír, pasármelo bien contigo, hacer aventuras, quedarnos atrapados en una isla desierta, subir la montaña más alta... Todo me gusta, pero lo me encanta es algo mucho más simple, pero que lo es todo: un abrazo. A lo mejor son tus abrazos lo que te hacen tan especial, o tu sonrisa, o todo el conjunto más bien. También es la forma que tienes de querer, de demostrar y tus ganas por seguir adelante con todo. Tienes ese empujón que a mí siempre me ha faltado, y una manera muy distinta de ver la realidad. Pero que a mí, todo en ti me gusta. Me gusta también que nos enfademos porque creo que es la forma que tenemos de demostrarnos las cosas. Pero sin duda me quedo con los buenos ratos contigo, que creo que ya son muchos (a pesar de mi memoria de pez, procuro acordarme de todo). Esto iba a ser una especie de agradecimiento. Sí, las gracias se dan siempre, siempre que algo bueno llega hasta a ti, inesperadamente, sin haberlo buscado. Así que a ti, miles de millones de gracias, per tutto, por aparecer así y por seguir aquí.
Y una cosa más, que pasa a ser una petición, para que cuentes siempre conmigo. Porque quiero que me llames cuando te sientas solo, cuando necesites un hombro para llorar, cuando necesites un "te quiero", cuando quieras un beso, cuando quieras desahogarte, cuando necesitas que te alegren, cuando quieras hablar o escuchar tu nombre, cuando necesitas que te recuerden lo mucho que mereces la pena, cuando estés harto de todo lo que tienes alrededor, o cuando simplemente necesites saber que tienes a alguien ahí, dispuesta a hacer tantas cosas por ti. Búscame para que te de un abrazo, cuando no consigas una sonrisa, cuando quieras escaparte aunque sea por un momento, cuando busques a alguien con quien compartir aventuras, o cuando necesites que te digan que eres la persona más buena del mundo. Cuando necesites ver a alguien, cuando te quieras descargar, cuando necesites cualquier plan. Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiera. Búscame cuando eches en falta las risas, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres. Búscame cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo, cuando mis ojos ya no te pidan guerra. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos que tenemos. En cualquiera de los casos, sabes que puedes buscarme a mí, a tu pequeñaja. No lo llames amor si no quieres, no me importa el nombre, sino lo que es. Por eso, te dejo que me quieras como tú prefieras: con ganas, a mordiscos, a besos, a abrazos, al cincuenta por ciento, al cien por cien, cada segundo que pase, cada minuto, con tus dudas, hasta el fin de los tiempos o tan solo 24 horas. Me da igual, me conformo con que me quieras un poquito, cuando menos lo merezca, porque será sin duda cuando más lo necesite. Y con que me dejes quererte a ti todo lo que sé. Porque necesito quererte, es algo que forma parte de mí, y hay tantas tantas cosas sin las que no podría estar. Me he acostumbrado a ti, y a tu forma de vivir las cosas. Me gusta cuando me echas de menos, y cuando tienes ganas de abrazarme. También me gusta cuando piensas en mí, y cuando paso tiempo contigo. Cuando me das la mano, y cuando me abrazas tan fuerte que no puedo evitar ese corte de respiración. Me gustas cuando dices tonterías o cuando metes la pata. Me gustas cuando me cubres de besos o cuando eres feliz y se te nota, cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes. Pero me gustas aún más cuando casi no puedo resistir lo que me gustas. Me gusta como eres conmigo, y como eres tú siempre. Por eso lo que quiero es ser tu otra mitad, pero de forma que tú no cambies.
Todos tenemos problemas, y la forma en que los solucionamos es lo que nos hace diferente ¿no? Estoy aprendiendo eso de ti, a solucionar los enfados en un visto y no visto, y lo acabaré consiguiendo.
La verdad es que, en la vida existen momentos incomparables, cosas inexplicables, personas inolvidables y a la vez, especiales. A ti te gusta sentirte especial, y te prometo con una cruz que lo eres.
Yo pienso que si alguien te hace reír y el tiempo se te va volando, no tienes que buscar más, porque esa es la persona correcta. No se trata de que todo sea perfecto, sino verdadero. Porque no sé si lo sabes, que los momentos perfectos están hechos por personas imperfectas.
Mil felicidades bichuco.
Te quiere, infinitamente, como ya sabes, tu eli.
“Les costaba ponerse de acuerdo. De hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días. Pero a pesar de sus diferencias tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro”
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