lunes, 13 de julio de 2015

Imagina una carcajada diez segundos antes de llorar. Un abrazo por la espalda cuando no quieres volver a casa. Una mano que aparece al cruzar el pasillo a oscuras. Un faro con preciosas vistas al mar. Un atardecer sin hora de vuelta. Un aterrizaje sobre otro aterrizaje. 




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