Hoy en clase he aprendido que una relación, una asociación entre dos personas, tiene que ser siempre equilibrada. Tanto al juntarse como al separarse, hay que valorar si las dos partes ganan. Si una gana, pero el otro pierde, ¿qué tipo de equilibrio existe? Ya respondo yo: ninguno. Por eso es tan difícil la decisión de juntarse y de separase. La intención es que las dos personas ganen algo, que no pierda ninguno de los dos, que la relación les aporte algo positivo a ambos.
Hay personas que se complementan a la perfección, por ejemplo, un pensador de ideas y un ejecutor de acciones. Puede que el que piensa tenga ideas buenísimas, pero si no sabe cómo ejecutarlas, de poco le sirven. Y como este, infinitos ejemplos nos encontramos en nuestro día a día. Y esa es la base de una relación, si ves que no funciona ese equilibrio del que hablo, empieza por no empezar una nueva relación.
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