Le gustaba conocer lugares nuevos, pero a veces tenía la costumbre de repetir en el mismo bar varias veces. Lo mismo le pasaba con las películas, su favorita de Disney era “El Rey León” y a saber cuántas veces la habrá visto ya. Le encantaba el silencio, la calma, la tranquilidad y a la vez, todo lo opuesto. Frecuentaba ese bar de la esquina, onde siempre. Donde aprendí que aquellas personas que pasan por tu vida en un vistoynovisto suelen ser las que más te enseñan. Toda una lección de vida. Así fue conocerla. Proyectaba felicidad, en cualquiera de sus circunstancias. Y no le gustaba llorar, solía decir que no era necesario, que los sentimientos había que mostrarlos, que proyectarlos y compartirlos, pero de otras maneras.
Y yo he hecho una lista mental de cosas que quiero hacer a lo largo de mi vida. Y he decidido ir a por ellas. También otra en la que analizo mis propios defectos, algunos de los cuales no sería capaz de cambiar por mucho que me empeñase, pero me prometí tratar de alejarme de todo aquello que no me dejase ser feliz. Ella solía repetirme una y otra vez su gran teoría, la de que todos nos creamos nuestro propio personaje a lo largo de nuestra vida, esa idea que tenemos en nuestra cabeza de lo que queremos llegar a ser, de lo que esperamos hacer… Ideas, ideas, ideas… “Proyectos de futuro”, lo llamaba ella entre risas, una teoría de la que huía. Buscaba ser ella misma, sin esperar ser nadie para nadie, simplemente ella.
Nos gustaba frecuentar los rincones de la ciudad, pasar tardes hablando por teléfono, reírnos de todo y hacer muchos planes. Muchos planes para cumplir juntas. Aprendí a dejar pasar las horas entre risas y a no preocuparme más de lo necesario. Y vivir con ella es un segundo, un suspiro, pasa volando. Me enseñó a relajarme, a soltarme… a aprender qué era todo eso de vivir. Que después de la tormenta siempre llegaba la calma.
Ni siquiera somos conscientes de todo lo que aún queda por vivir, y sé que llegaremos a tiempo.
Si el miedo le hecha un pulso, ella puede más, y el final llega incluso antes del golpe. Y eso de que la vida es una noria que a veces marea, es totalmente cierto. Que tiene momento arriba y momento abajo, y que me alegro tanto de que el destino me haya dejado conocerla. Y quien diga lo contrario, no sabe nada. Porque ella si se cae se levanta, haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido. Porque me ha enseñado que es mejor vivir sin miedo. Porque sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno.
Ni siquiera somos conscientes de todo lo que aún queda por vivir, y sé que llegaremos a tiempo.
Si el miedo le hecha un pulso, ella puede más, y el final llega incluso antes del golpe. Y eso de que la vida es una noria que a veces marea, es totalmente cierto. Que tiene momento arriba y momento abajo, y que me alegro tanto de que el destino me haya dejado conocerla. Y quien diga lo contrario, no sabe nada. Porque ella si se cae se levanta, haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido. Porque me ha enseñado que es mejor vivir sin miedo. Porque sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario