Hoy me apetece brindar por ellas.
Me apetece pasar 5 minutos dejando de pedirles favores, contarles mis penas o saturarles el móvil con notas de voz de 2 horas.
Pasar 5 minutos simplemente dándoles las gracias.
Me apetece brindar por las que me conocen mejor que yo. Por las que saben lo que voy a decir mucho antes de que lo diga y son capaces de evitar que suelte una de mis joyas antes de haber llegado a articular palabra.
Me apetece brindar por las que no se saben mis mejores historias, no. Las han vivido conmigo.
Me apetece brindar por las que han estado a mi lado en la mitad de los líos en los que me he metido, y en la otra mitad me han metido ellas.
Por las que se conocen mis gestos (aunque sean frikis) mejor que el abecedario y saben lo que estoy pensando sólo con mirarme 10 segundos.
Por las que les encanta discutir conmigo el gusto con los chicos, que gracias a dios es muy distinto.
Me apetece brindar por las que se alegran conmigo cuando estoy contenta y no dudan en lanzar una copa o dos a la cara de cualquiera que se meta en mi camino. En nuestro camino.
Brindar por las que no son perfectas. Por que no lo somos. Por las que meten la pata una y otra vez, por las que están a mi lado cuando lo hago yo.
Me apetece brindar por las que no son una familia a parte, son parte de mi familia.
Brindar por las que no se cansan nunca de escuchar. A veces la misma historia una y otra vez, pero no, no se cansan de escuchar cuando lo único que necesito es no parar de hablar.
Por esas que se ríen de mis propósitos de año nuevo y a la vez me hacen sentir que sí, que este año lo consigo.
Brindar por las que acampan en mi cuarto cuando yo aún ni me he enterado de que están en casa, por las que arrasan la despensa, y por las que cuando huele bien desde la cocina gritan un "¡me quedo a cenar!"
Por las que lo dan todo maquillándome en el baño de cualquier discoteca aunque su nivel de embriaguez no les permita mucho más que estar cerca de sacarme un ojo con la raya.
Me apetece brindar por todos sus consejos, y por las que siguen ahí incluso cuando no hago caso a ninguno de ellos.
Me apetece brindar, simplemente por poder contar con ellas. Porque hay pocas cosas más grandes que eso.
Y brindo por tenerlas. Por saber que por mucho que me aleje, por mucho que me pierda y por muchas veces que me equivoque, ellas van a estar ahí cuando decida volver.
Así que hoy brindo por las de siempre, y brindo por el orgullo de poder decir que aunque no tenga lo mejor, definitivamente sé que tengo a las mejores.
"If you have crazy friends, you have everything"
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