una historia perfecta. De esas de las que tienen un final feliz, como las de Disney. Solo que esta historia era muy especial, porque tenía unos ingredientes especiales para que todo fuera bien; y en cuanto faltaba uno, todo de repente iba a mal. Por eso, era tan importante que los personajes de la historia consiguieran superar tantas dificultades, para que el final acabase siendo feliz. El mejor de los finales.
jueves, 27 de septiembre de 2012
domingo, 16 de septiembre de 2012
Amantes de las paranoias, pero felices
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Tendré que despertarte por la mañana,
lunes, 10 de septiembre de 2012
Boston
domingo, 9 de septiembre de 2012
Sí. No.
Hay cosas que no conectan conmigo. Odio el color morado, las canciones indescifrables y el insomnio. Odio los días fríos en los que no tengo a quien abrazar. Odios los enfados, discusiones y peleas, casi tanto como las distancias. Odio no poder alcanzar metas. Odio la falta de iniciativa y los robos de ilusión. Odio esos días sin sabor a nada, y el vacío que se te queda cuando se va alguien. En cambio... hay cosas que sí. Me encanta dormir, me encanta encanta el sol, me encanta la velocidad, y me encanta comer. Me encanta reír y ver a la gente feliz. Me encanta que me encantes, me encanta ver fotos, y me encantan las caricias. Me encanta pensar, con música de fondo. Me encantan los abrazos y las buenas amistades. Me encanta oír el sonido del mar, y esos días de verano. Y me encantan las personas que se superan y pueden decir: Estoy aquí, y es un milagro.
jueves, 6 de septiembre de 2012
Pablo Neruda
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
AQUÍ
No es un lunar, es una peca
A veces necesitas salir corriendo, para saber quién viene detrás
A veces necesitamos perdernos para saber a quién echamos de menos. A veces necesitamos huir para averiguar cuántos se preocupan por encontrarnos...
martes, 4 de septiembre de 2012
Tú y tu mala costumbre de hacerme falta
¿Sabéis lo que me gusta de él? Que casi sin darse cuenta, hace todo esto más fácil. Que siempre es él mismo, que no se somete a lo superficial y que todo esto no depende del lugar ni el momento, nosotros somos el lugar y el momento. Somos recuerdos y mil experiencias vividas. Somos mucho más de lo que creen. Él es mucho más de lo que creéis. ¿Sabéis que me gusta de él? Que a pesar de tantas cosas vividas, sigue regalándome sonrisas nuevas, que le hago repetir. Todos y cada uno de los días.
Y te voy a decir por qué eres especial. Resulta que tienes la habilidad de hacerme sonreír, a pesar de haberme hecho llorar. Y me gusta. Me gusta que me hagas sonreír, pasármelo bien contigo, hacer aventuras, quedarnos atrapados en una isla desierta, subir la montaña más alta... Todo me gusta, pero lo me encanta es algo mucho más simple, pero que lo es todo: un abrazo. A lo mejor son tus abrazos lo que te hacen tan especial, o tu sonrisa, o todo el conjunto más bien. También es la forma que tienes de querer, de demostrar y tus ganas por seguir adelante con todo. Tienes ese empujón que a mí siempre me ha faltado, y una manera muy distinta de ver la realidad. Pero que a mí, todo en ti me gusta. Me gusta también que nos enfademos porque creo que es la forma que tenemos de demostrarnos las cosas. Pero sin duda me quedo con los buenos ratos contigo, que creo que ya son muchos (a pesar de mi memoria de pez, procuro acordarme de todo). Esto iba a ser una especie de agradecimiento. Sí, las gracias se dan siempre, siempre que algo bueno llega hasta a ti, inesperadamente, sin haberlo buscado. Así que a ti, miles de millones de gracias, per tutto, por aparecer así y por seguir aquí.
Y una cosa más, que pasa a ser una petición, para que cuentes siempre conmigo. Porque quiero que me llames cuando te sientas solo, cuando necesites un hombro para llorar, cuando necesites un "te quiero", cuando quieras un beso, cuando quieras desahogarte, cuando necesitas que te alegren, cuando quieras hablar o escuchar tu nombre, cuando necesitas que te recuerden lo mucho que mereces la pena, cuando estés harto de todo lo que tienes alrededor, o cuando simplemente necesites saber que tienes a alguien ahí, dispuesta a hacer tantas cosas por ti. Búscame para que te de un abrazo, cuando no consigas una sonrisa, cuando quieras escaparte aunque sea por un momento, cuando busques a alguien con quien compartir aventuras, o cuando necesites que te digan que eres la persona más buena del mundo. Cuando necesites ver a alguien, cuando te quieras descargar, cuando necesites cualquier plan. Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiera. Búscame cuando eches en falta las risas, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres. Búscame cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo, cuando mis ojos ya no te pidan guerra. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos que tenemos. En cualquiera de los casos, sabes que puedes buscarme a mí, a tu pequeñaja. No lo llames amor si no quieres, no me importa el nombre, sino lo que es. Por eso, te dejo que me quieras como tú prefieras: con ganas, a mordiscos, a besos, a abrazos, al cincuenta por ciento, al cien por cien, cada segundo que pase, cada minuto, con tus dudas, hasta el fin de los tiempos o tan solo 24 horas. Me da igual, me conformo con que me quieras un poquito, cuando menos lo merezca, porque será sin duda cuando más lo necesite. Y con que me dejes quererte a ti todo lo que sé. Porque necesito quererte, es algo que forma parte de mí, y hay tantas tantas cosas sin las que no podría estar. Me he acostumbrado a ti, y a tu forma de vivir las cosas. Me gusta cuando me echas de menos, y cuando tienes ganas de abrazarme. También me gusta cuando piensas en mí, y cuando paso tiempo contigo. Cuando me das la mano, y cuando me abrazas tan fuerte que no puedo evitar ese corte de respiración. Me gustas cuando dices tonterías o cuando metes la pata. Me gustas cuando me cubres de besos o cuando eres feliz y se te nota, cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes. Pero me gustas aún más cuando casi no puedo resistir lo que me gustas. Me gusta como eres conmigo, y como eres tú siempre. Por eso lo que quiero es ser tu otra mitad, pero de forma que tú no cambies.
Todos tenemos problemas, y la forma en que los solucionamos es lo que nos hace diferente ¿no? Estoy aprendiendo eso de ti, a solucionar los enfados en un visto y no visto, y lo acabaré consiguiendo.
La verdad es que, en la vida existen momentos incomparables, cosas inexplicables, personas inolvidables y a la vez, especiales. A ti te gusta sentirte especial, y te prometo con una cruz que lo eres.
Yo pienso que si alguien te hace reír y el tiempo se te va volando, no tienes que buscar más, porque esa es la persona correcta. No se trata de que todo sea perfecto, sino verdadero. Porque no sé si lo sabes, que los momentos perfectos están hechos por personas imperfectas.
Mil felicidades bichuco.
Te quiere, infinitamente, como ya sabes, tu eli.
“Les costaba ponerse de acuerdo. De hecho, rara vez estaban de acuerdo. Discutían todo el tiempo y se desafiaban todos los días. Pero a pesar de sus diferencias tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro”
sábado, 1 de septiembre de 2012
Es el amor.
Amor y otras drogas
Soy un capullo, ¿vale? Sé bien que soy un auténtico capullo. Porque yo nunca me he preocupado por nadie ni por nada. Esa es la verdad Y todo el mundo más o menos lo aceptaba. Y de repente llegas tú. Joder, tú. Tú no me veías de ese modo. Nunca había conocido a nadie que de verdad pensara que yo valía la pena, hasta que te conocí a ti, y tú lograste que yo también me lo creyera, así que por desgracia te necesito... y tú me necesitas a mí.