domingo, 27 de julio de 2014

El viaje sin retorno

No podría decirte qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta ya estaba metida hasta el cuello.

La gente dice "hay muchos peces en el mar", pero que os jodan, él era mi mar.


Fue ese viaje que debí dejar pasar, esa sonrisa de la que no me debí de enamorar, ese pasatiempos con el que no debí jugar. Que su entrega fue lo mejor que hasta el momento había conquistado, no lo negaré, pero no me advirtió que era un arma de doble filo. Que las comparaciones son odiosas pero no puedo evitarlo, y seguiré pecando de medirle respecto a otros, aunque sea para bien.
Nuestro problema no fue lo que callamos, sino precisamente lo que dijimos. La sinceridad la sobrevaloramos de tal forma que nos catapultó a la mayor de las mentiras.


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