miércoles, 2 de julio de 2014

Un final sin culpables

"Dejémoslo en que ninguno de los dos tiene la culpa de que no sueñe con él por las noches". Y que tiene razón, ¿qué culpa tiene ella de que no lo pueda querer como quiso a otros?, aunque le de todo lo que él puede darle, hay heridas de idiotas que no se olvidan aunque te claves clavos en cada uno de tus lunares. Que la nostalgia es lo más productivo que nos ha pasado a todos, pero que no siempre es rentable, que hay lágrimas que ahogan y lágrimas que secan la sed que dejan los desastres. 

Yo sé que tú querías querer a todos con amor en bruto, de ese que deja "casa" como si hubieran pasado miles de huracanes. Pero que no se puede morir por todos igual, que aunque sea la misma sangre no todas las heridas sangran la misma cantidad, y que hay muchas formas distintas de darles puntos a los cortes. Y que se hace rutina extrañar a menudo, ir mejorando y que el corazón ya solo duela cuando late, que hay conversaciones en stock para ti, cuando no sepamos cómo salir. 

La pasión no se pierde con los años, se pierde con los daños, y es jodido encontrar a alguien que ponga patas arriba tu mundo, que haga ver las cosas a ciegas, y que te haga saltar desde todas las azoteas de las que él se quiera lanzar. 

No vuelvas a decir que no te enamoras para no llorar, porque me pienso beber hasta la última gota que me acabe de ahogar. 

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