[...] Entonces se me vino una idea a la cabeza: crear la historia yo mismo para que tú recuerdes la historia del regalo y no el regalo en sí, una forma de que recordases lo que es pasar un día conmigo, y una historia de esas que te acuerdas cuando eres mayor. Fui creando una trama de cómo podía ser este segundo regalo, y pensé que qué mejor forma de acertar que si en realidad te pidiese consejo a ti para comprar tu regalo, porque nadie te conoce tan bien como tú misma. Entonces llegué a la idea de que te podía formar una idea para que te acordases de mí a partir de una broma. La broma consistía en lo siguiente: ir contigo de compras para que tú sin darte cuenta me dijeses lo que te tenìa que comprar, a parte de hacerte pasar un buen día para que lo recordases toda la vida y, sobre todo, que te acuerdes de mí.
03/01/2012
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