martes, 24 de diciembre de 2013

Be happy

La Navidad depende de cómo la mires: desde la inocente ilusión de un niño, la necesidad de descanso de un currante, o la arrulladora angustia de una persona solitaria. A veces olvidamos que, por desgracia, no lleva de la mano la palabra "Feliz" para todos.
Yo, al igual que la mayoría supongo, la entiendo como esa época del año hecha para reunirse con los tuyos, para estar junto aquellos que quieres y recordar a los que ya no están. Definitivamente, la Navidad está hecha para echar de menos.
Llegar al final de otro año implica recapitular todo lo vivido y hacer balance de daños: los que se fueron después de tanto, los que se quedarán a pesar de tan poco, los de "easy come, easy go", y los que siguen ahí por todo lo vivido. Y caes en la cuenta de que abrazos de más de 30 segundos casi no quedan, que lo mejor de las cañas es el último sorbo, y que no somos conscientes de todo lo que tenemos, por esa estúpida costumbre de centrarnos en lo que nos falta. 


Cuida lo que tienes porque quizá un día ya no lo tengas, y una Feliz Navidad para todos.


lunes, 16 de diciembre de 2013

Regalando felicidad

Y yo me pregunto cómo un simple anuncio de Coca-cola puede hacerme pensar tanto. Sí, con esos vídeos super positivos en los que siempre tiene que ver la felicidad, las sonrisas, el hacer cosas por los demás... No sé de quién habrá sido idea o si de surgió por alguna de las casualidades de la vida, pero a mí me animan mucho, todo hay que decirlo. Puedo pasarme tardes enteras viéndolos, a cada cual que encuentro, más bonito.

Bonito es que haya gente en el mundo que se preocupa más por sacar sonrisas a los demás que de mirar su propio ombligo, de alegrar el día a otra persona aunque el suyo haya sido una mierda, de ayudar a un desconocido, de regalar un poco de su felicidad vaya donde vaya. 

Eso sí que es bonito, y lo demás son tonterías.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Siempre con una sonrisa en el bolsillo

Ella siempre lleva una sonrisa en la cara, y otras mil en el bolsillo. Le encanta picarme, decirme las cosas al contrario de cómo las piensa, y cómo no, estar un segundo después abrazándome. Esa es la mejor parte. Porque no aguanta, porque lo sé. ¿Os lo podéis creer? En un minuto somos capaces de haber pasado por mil piques y mil y un momentos de abracito. Ese puede llegar a ser el gran nivel de retraso que tenemos. Y qué felices somos así, ¿o no? Cada día que pasa, cada vez que voy madurando poco a poco, me voy dando cuenta de que la vida son los pequeños detalles. Es vivir y disfrutar de los momentos, aprendiendo de las personas que tengo a mi alrededor. Porque cada día el tiempo pasa más rápido y las personas se van con él, así que hay que saber con quién quedarse. Y esta canija ha conseguido que de la nada haga todo. Así de sencillo. 

Igual no encuentro las palabras exactas para describirlo, para que con lo que digo otras personas sean capaces de ser feliz con cosas tan simples, como lo soy yo. O igual, simplemente hay que toparse con la persona adecuada, y no haya nada más que hacer que dejarte guiar por ti mismo. Esa persona que no hace falta que pasen los años para saber que va a estar siempre ahí; que no necesite darte mil razones para confiar en ella, porque desde que la conoces sabes que puedes; que piense lo mismo que tú. Quizás esto último sea lo más importante, ser tú lo mismo que piensas de esa persona. Y eso se consigue pocas veces en la vida, creedme. Seguramente que a lo largo de una vida se conozcan a muchas personas y todas ellas puedan llegar a hacerse indispensables, cada una a su manera. Pero yo hablo de otra cosa. Sabía que no iba a saber explicarme, pero aún así he seguido escribiendo... Vamos a ver, hablo de una amistad, una de esas de verdad, alejada de los malditos intereses con los que la gente se empeña en convivir. 


Hablo de nuestros viajes de fin de carrera, del viaje a la Riveira Maya que tenemos pendiente de hacer, de la privada que vamos a montar juntas, de tu ahijada, de hacer la llamada de rigor todas las noches durante nuestra vejez... 

A decir verdad, me sobran muchas palabras, porque con haber escrito eso último, a mí me bastaba. Pero quería poder explicártelo a ti, y conseguir sacarte alguna que otra sonrisa.

Y no podía faltar el refrán de tu santo: 
"que me conserves la risa", que la vista ya la tengo fastidiada. 

Fdo: El pequeño koala

jueves, 12 de diciembre de 2013

A mi pesca

A la que siempre me escucha, a la que llora conmigo, a la que se ríe de mí y sonríe conmigo, a la que es más achuchable que cualquiera de mis peluches, a la que tiene la sonrisa más bonita del mundo entero, a la que tiene esas manías que la hacen tan especial, a la que no calla, a la que ha tenido sus épocas rebeldes, a la que si no va impecable no sale de casa, a la que me hace feliz, a la que es de cristal pero tan de hierro a la vez, a la que puede con todo, a la que es una pedazo de pesca, a la que vive de sueños, a la que lucha por lo que quiere, a la que me mandaba notitas en clase, a la que me hacía tan feliz verla todos los días a todas horas, a la que mejor hace SR de la ciudad, a la más grafitera, a la única secta a la que quiero pertenecer, a la que es un conguito en verano y un copito en invierno, a la que se hace querer, a la que os hunde a todos en una discoteca, a la que le gusta coger el puntillo, a la que le gusta descargar con una buena cerveza y un cigarro, a la que disfruta con paseos agarrada del brazo, a la que se muere si le faltan los abrazos, a la que llegó y no se va a marchar nunca, a la que le hace ilusión todo, a la que le bastan sus tacones y su pintalabios para comerse el mundo, a la que es así, tan ella, tan deja huella; a la chiquitina más especial, a la que me anima con todo en cualquier momento, a la que se le pegan mis canciones, a la que mete goles por la puerta de salida, a la adicta al chocolate, a la que prefiere enseñar una sonrisa a una lágrima, a la que le puedo contar lo que sea que sé que me va a entender, a la que siempre tiene un plan, a la que es fan fan fan del color rojo, a la que le encantan los gorritos, y los pendientes, y los conguitos, y mis magdalenas, y los bolsos, y las gambas, y las croquetas, y los anillos, y sobre todo que la hagan reír; a la que va a conseguir todo lo que se ha propuesto, a la que confía en su intuición y siempre acierta, a la que hace todo con amor, a la que sabe de sobra que las cosas merecen la pena aunque no sean fáciles, a la que hace todo menos cuesta arriba, a la que ante todo nunca se olvida de sonreír. A la que nunca falla. Resumiendo, a la que siempre está ahí, siempre. A la que quiero mucho más de lo que cree, mucho MQEC, por mucho mucho mucho más tiempo nos queda juntas. 

A la que se escabulló de celebrar sus 18 conmigo, esta vez no se escapa. 

A la que va a cumplir muchos más, a la que me verá cumplir muchos más. 

A la que le queda mucho por celebrar conmigo, a la que todavía le quedan infinitas cosas por vivir. Porque la vida son esos pequeños detalles, con los que tú y yo disfrutamos como nadie. 

FELIZ CUMPLEAÑOS ENANA. ENANA, PERO ENORME. 


sábado, 7 de diciembre de 2013

Que las mentiras no falten

Nuestro verso siempre estará roto, lleno de espinas de asfalto, cristales rotos por el suelo, y cuchillos oxidados.
Dejamos pendientes estribillos ya escritos antes con buena letra y cantamos en silencio dos estrofas diferentes llenas de nombres vacíos que se llevaba el tiempo. Quién sabe si en tu agenda seguirá escrito mi nombre sin tachones de arrepentimiento, de frustración o de enfado. Quién sabe si es tarde para pedir perdón o pronto para volver a verme. Que sé que no todo lo cura el tiempo, que hay cicatrices demasiado intensas y dolores demasiado fuertes. Los dos lo sabemos. 
Que hay verdades que duelen más que mil mentiras.
Sólo he venido a decirte que en mi agenda sigue siendo veintitrés de diciembre. Que sigo siendo igual que entonces, siempre con la sonrisa a cuestas y mil caricias preparas. Pero ya no quemo en distancias cortas, ni el largas. Ya no caigo tan fácilmente en mis errores de siempre. Que parece que me voy encontrando, que voy abriendo los ojos a la realidad que tanto disfrazas. Nunca es tarde para darse cuenta de que uno ha sido engañado; nunca es tarde para aceptar que uno ha estado equivocado.
Sólo el tiempo dirá. Si las cosas quieren volver a su sitio, volverán. Pero está claro, que solas no vuelven.
Y nada más que un consejo: No te agarres en las curvas, levanta las manos y grita. Porque de mientras, podemos estar sacando una foto para que algún día quede al menos el recuerdo de nosotros pilotando aquella historia de dos chicos sin miedo a quererse, y sin miedo a ser felices.

hey, YOU


jueves, 5 de diciembre de 2013

Para qué sirve una hermana

Una hermana sirve para que escuches lo que nadie se atreve a decirte. Para que aprendas a debatir entrenándote, por ejemplo, en discusiones por usar el coche paterno. Para acompañarte de compras el día más frío del año y hacer colas enormes para que tú sigas probándote vestidos de Fin de Año. Para compararte en lo bueno y también en lo malo. Para que ejercites tu paciencia cuando vuelve a desordenar el armario. Para recordarte cómo fuiste a su edad o para hacerte una idea de cómo quieres ser a la suya. Para dejarte ropa. Para pedirte pitis. Para echarte en cara cosas tontas y criticarte donde más duele cuando menos te lo esperas. Para animarte un domingo pocho compartiendo Solo en Casa con palomitas.

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Una hermana sirve para enseñarte novedades que no conocías en el ordenador y hacerte sentir vieja. Para vacilarte por Whats app. Para hacer que un plan de hospital sea más llevadero. Para presentarte a los amigos de su novio. Para pedirte dinero. Para dejarte dinero. Para quedarse los regalos que a ti no te gustan. Para acompañarte a Ikea cuando nadie quiere. Para inventaros juntas canciones sobre el resto de familiares (si estás alterada tomate una valeriana). Para robarte un trozo de tarta que habías cocinado toda la tarde para llevar a un cumpleaños. Para que te de pena irte de casa. Para que te regale algo porque te pega todo. Para llamarte pringada y que te lo creas. Para guiñarte un ojo en los eventos familiares embarazosos. Para decirte que vas vestida como una golfa y días después copiarte el look.  Para cantar en el coche sin que te de vergüenza. Para que tus amigos se den cuenta de lo mayores que son “¿Tu hermana se ha ido de Erasmus? pero si hace dos días iba a preescolar”. Para hacer bromas de la familia común donde os ha tocado nacer. Para criticar a los novios que tengas y luego acabar queriéndolos más que tú. Para ponerte motes. Para que vuelvas a leerte un libro de Celia si es más pequeña. Para entrenarte para cuando tengas hijos.

Vogu

Para tomarle el pelo diciéndole que es adoptada y la encontraron en el cubo de basura. Para aprender que se puede estudiar toda una noche y aprobar. Para ver a tus padres hacer de padres como un espectador. Para descubrir que hay gente que cura heridas repugnantes de los demás porque le gusta. Para defenderte delante de tus padres. Para acusarte delante de tus padres. Para quemar nubes con un mechero a escondidas. Para tener conversaciones extrañas en la cocina a medianoche. Para que pierdas la vergüenza contando cosas patéticas que te han pasado, hablando de litera a litera. Para que te cuente anécdotas de los profesores del colegio y ver que ninguno ha cambiado. Para sacarte de quicio y volver a sentir esa rabia tipica de hermanas: “Te mataría”. Para conducir con alguien la primera semana de carné cuando tu madre aún te teme y tu padre se pone nervioso. Para consolarte sin hacer muchas preguntas sobre lo que ha pasado. Para que te reafirmes en tu idea de que Pablo Alborán es una pesadilla. Para que ejercites tu creatividad ideando mil formas de derribar una puerta cuando se cuela en el baño con este susodicho a todo volumen. Para darte cuenta de que la vida no hubiera sido igual de divertida si no hubiera nacido. Para todo.

FROM: My little pleaschhures


domingo, 17 de noviembre de 2013

Sin miedo a la locura, sin miedo a sonreír


Ella era difícil de describir, de esas personas que no pasan por tu vida de forma desapercibida. Era calma y frenesí a la vez, tenía ganas de todo, de vivir y exprimir cada uno de los minutos de su tiempo, a los que se aferraba con fuerza entre canciones y pitillos. Solía escuchar a Don Omar, se limitaba a tararear Pobre diabla, como si le fuera la vida en ello. Discutíamos porque yo siempre decía que la versión con Pitbull era mejor. Y luego están las canciones en inglés. A veces incluso jugaba a inventarse la letra. Había muchas cosas que me gustaban de ella. Esa era una de entre tantas, proyectaba confianza y aprendió a reírse de su propia sombra.
Le gustaba conocer lugares nuevos, pero a veces tenía la costumbre de repetir en el mismo bar varias veces. Lo mismo le pasaba con las películas, su favorita de Disney era “El Rey León” y a saber cuántas veces la habrá visto ya. Le encantaba el silencio, la calma, la tranquilidad y a la vez, todo lo opuesto. Frecuentaba ese bar de la esquina, onde siempre. Donde aprendí que aquellas personas que pasan por tu vida en un vistoynovisto suelen ser las que más te enseñan. Toda una lección de vida. Así fue conocerla. Proyectaba felicidad, en cualquiera de sus circunstancias. Y no le gustaba llorar, solía decir que no era necesario, que los sentimientos había que mostrarlos, que proyectarlos y compartirlos, pero de otras maneras.

Y yo he hecho una lista mental de cosas que quiero hacer a lo largo de mi vida. Y he decidido ir a por ellas. También otra en la que analizo mis propios defectos, algunos de los cuales no sería capaz de cambiar por mucho que me empeñase, pero me prometí tratar de alejarme de todo aquello que no me dejase ser feliz. Ella solía repetirme una y otra vez su gran teoría, la de que todos nos creamos nuestro propio personaje a lo largo de nuestra vida, esa idea que tenemos en nuestra cabeza de lo que queremos llegar a ser, de lo que esperamos hacer… Ideas, ideas, ideas… “Proyectos de futuro”, lo llamaba ella entre risas, una teoría de la que huía. Buscaba ser ella misma, sin esperar ser nadie para nadie, simplemente ella. 

Nos gustaba frecuentar los rincones de la ciudad, pasar tardes hablando por teléfono, reírnos de todo y hacer muchos planes. Muchos planes para cumplir juntas. Aprendí a dejar pasar las horas entre risas y a no preocuparme más de lo necesario. Y vivir con ella es un segundo, un suspiro, pasa volando. Me enseñó a relajarme, a soltarme… a aprender qué era todo eso de vivir. Que después de la tormenta siempre llegaba la calma. 

Ni siquiera somos conscientes de todo lo que aún queda por vivir, y sé que llegaremos a tiempo. 


Si el miedo le hecha un pulso, ella puede más, y el final llega incluso antes del golpe. Y eso de que la vida es una noria que a veces marea, es totalmente cierto. Que tiene momento arriba y momento abajo, y que me alegro tanto de que el destino me haya dejado conocerla. Y quien diga lo contrario, no sabe nada. Porque ella si se cae se levanta, haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido. Porque me ha enseñado que es mejor vivir sin miedo. Porque sin miedo, lo malo se nos va volviendo bueno. 

viernes, 15 de noviembre de 2013

Toma decisiones

Lo cierto es que tu personalidad se define por el número y el grado de decisiones que vas tomando a lo largo de tu vida. Al final, te habrás convertido en una persona simple o compleja.

Los simples no salen de su círculo rutinario a no ser que sea cuestión de vida o muerte. Se acomodan en él y ahí se quedan tan a gusto en su monotonía. Son aburridamente predecibles, no tienen iniciativa, ni valor para probar cosas nuevas. De la maravillosa improvisación olvídate, y las grandes decisiones mejor ni mencionarlas. Simplemente, como simples que son, se dejan llevar por el resto… Con todo el cariño, bien por ellos.

Los complejos solo tienen que arremangarse y ponerse manos a la obra. No siempre saben lo que quieren, pero se arriesgan a intentarlo. La verdad que siempre los han tenido bien puestos. Son pequeños líderes que piensan que es genial comprobar que aún tienes la capacidad de sorprenderte a ti mismo. Saben que existe la opción de equivocarse, pero… ¿y si sale bien?

Hazme caso: sé complejo y sé feliz. Toma decisiones porque gracias a ellas hacemos las maletas y nos aventuramos a recorrer mundo, probamos experiencias nuevas y sabemos reaccionar en situaciones complicadas. Nos atrevemos a conocer gente y amores diferentes, montamos negocios y vemos buenas películas. Toma decisiones, toma todas las que puedas porque, sinceramente, no importa dónde acabes ni con quién, siempre terminará como deba ser. Tus errores te hacen ser quien eres. Aprendes y creces con cada decisión que eliges. Y siempre merece la pena, aunque sea solo por contar las historias de tu vida.



Marchando una de cosquillas para serios

Nadie mejor que el señor Chaplin para afirmar esa verdad: “Un día sin risa es un día perdido”. Qué típico, ¿no? Muy típico y muy olvidado. Pero es normal, no tenemos tiempo de acordarnos de algo tan sencillo y tan necesario. Estamos demasiado ocupados con tantas preocupaciones que tienen solución, con agobios monumentales que luego no son para tanto y con caras largas que están deseando sonreír. Por favor señores, relajen su entrecejo y arruguen sus mejillas.

Nietzsche comentó una vez: “La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar”. Es uno de los pocos placeres de la vida que no debemos perder. Nadie quiere estar con alguien que se pasa la vida amargado, inseguro y que solo sabe lamentarse y encontrar el pesimismo allá donde vaya. Todos conocemos a alguien así. Esa gente acaba sola o en un psicólogo con mucha paciencia. ¿Por qué? Porque lo que buscamos es estar rodeados de gente con sangre en las venas, gente natural, que está segura de sí misma, que tiene conversación, que se siente viva, que siempre se arriesga a intentarlo, que tiene ganas de todo, que busca soluciones, que te contagia la ilusión, que tiene un buen humor que alegra a cualquiera, que busca siempre el buen rollo, y por supuesto, que le guste reír

La vida hay que tomársela en serio, pero nunca debe ser una excusa para dejar de sonreír. Ahora es cuando os suelto eso de… “nunca sabes quién puede enamorarse de tu sonrisa”. Y esa razón puede ser más que suficiente. Los menos románticos fiaros de un genio cuando dice que un día sin risa es un día perdido.

Hacen falta cosquillas para seriospensar despacio para andar deprisa, dar serenatas en los cementerio muriéndose de risa. Y jugar por jugar sin tener que morir o matar, vivir al revés, que bailar es soñar con los pies. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

Como lo que dura una canción

Tengo una manía bastante fuerte. De esas que los que están a mi alrededor pueden acabar odiando con todas sus fuerzas. Tengo la manía de que cuando descubro una canción que me gusta, que me gusta de verdad, no paro de escucharla… de tal forma que cuando acaba ya está empezando otra vez. Una y otra vez. Hasta que me sé la letra de memoria o hasta que he imaginado todas las historias posibles que albergan en el interior de esos acordes.

Fue hace un tiempo cuando descubrí Burn de Ellie Goulding. Y me pregunté cómo era posible que no hubiese estado en mi lista de reproducción desde un principio. Es mi nuevo vicio, un empujón para levantarme por las mañanas por el buen rollo que desprende y con la que bailo mientras la cafetera y yo nos ponemos en marcha.
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Es un poco como el amor. Como cuando conoces a alguien y te preguntas cómo has podido pasar toda tu vida sin conocerlo, como si toda tu vida de antes no hubiese tenido ningún tipo de sentido e incluso te planteas si existe un futuro sin él. Y puede durar toda la vida o desvanecerse de la noche a la mañana. Tan rápido como lo que dura una canción.

Pero el problema de los amores con vicio es que acaban todos caducando. Como las canciones. Hasta que un día escuchas una nueva en la radio y la anterior queda en el olvido. Podrás escucharla seis meses después y aún te devolverá una sonrisa porque la asociarás a una etapa de tu vida y de un plumazo todos los recuerdos vendrán a tu mente. Como con el amor. Pero no como todos los amores, hablo de los amores con vicio. También llamados amores inestables, de pasada, de un “ratejo”, amores de cambio, de transición.

¿Pero cómo sabes que esa canción no es más que una mera transición? ¿Y si cuando mañana te pongan a Nervo, The Lumineers o Passenger te olvidas completamente de Burn? Da miedo. Mucho miedo. Pero eso sólo podrás saberlo con el tiempo… cuando pruebes la música house, el rock, el indie… y te des cuenta de que ésta es la única que te llena lo suficiente. Como el Sufre mamón de Hombres G de mi madre o para Justin Bieber (incomprensible aún para mi cabeza) de muchas adolescentes. Como cuando conoces a alguien y lo comparas con el resto del mundo, y así de un plumazo todo lo anterior conocido y vivido se queda en nada. 
A veces no necesitas ni escuchar el resto para saber que una destaca por encima de todas; la canción favorita de mi madre sigue siendo de la banda sonora de La vida es bella y no creo que cambie por mucho que siga creciendo. Como las parejas que llevan juntas desde los quince años.

Otros necesitan conciertos de Madonna, The Killers y hasta Pablo Alborán para encontrar su estilo. Por eso, hasta que lo encuentres, hasta que des con tu Chiddy, enciende la radio y recopila todo tipo de versiones, acústicas incluidas. Y si mientras estás en ello te aparece, como en mi caso, Burn y con el tiempo confirmas que sigue haciéndote bailar cada mañana, entonces sabrás que has dado con aquello que estabas buscando.

jueves, 24 de octubre de 2013

Pasos para realizar un BUEN RESUMEN:

1.  Busca un sitio relax
2.  Procura que nadie te moleste
3.  Ponte una canción clave
4.  Coge el móvil y en una nota empieza a escribir
5.  Haz un resumen global de todo lo que ha pasado hasta ese momento, más lo bueno que malo
6.  Es fundamental que todo lo que escribas sea cierto, no inventes nada sólo por quedar bien
7.  Los resúmenes no se hacen a cualquiera, sólo a personas importantes
8.  El objetivo es sacar una sonrisa a la otra persona y demostrar que estás ahí
9.  ENVÍALO

PD: Gracias por hacerme los días más felices y sacarme siempre una sonrisa.




martes, 22 de octubre de 2013

Mucho mejor

Mejor que una mañana de Reyes. Que una bocanada de aire olor a salitre, que una chimenea en pleno enero. Que un abrazo cuando te deshaces cual puzzle. Mejor que un perdón de una amiga, que un batido tras volver de la playa, que un regalo inesperado. Mejor que un importante partido de fútbol ganado. Que una lágrima de felicidad, que una foto perfecta, que el estreno de unos zapatos. Mejor que un beso en la frente, que la toalla al salir de la piscina, que una tarde viendo Posdata. Mejor que el descubrimiento de una canción, que una noche de desenfreno, que una nota alta en una asignatura difícil. Que un no para de reírse, que un sueño cumplido, que un batido de fresa. Mejor que una tarde en mi sitio favorito. Digamos que eres mejor que todo eso. Como bien decía Julien: << Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, ¡qué gozada! Era lo mejor del mundo. Mejor que la droga, mejor que la heroína, ¡éxtasis! Mejor que el sexo. Mejor que la nocilla y los batidos de plátano. Mejor que la triología de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del milenio. Mejor que los andares de Emma Pill, Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford. Mejor que la cara B de Abbey Road, que los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la luna, el Space Mountain, Papá Noel, la fortuna de Bill Gates, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro. Que todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock. Mejor que la libertad. Mejor que la vida >>.

A por todas

Tengo una amiga a la que enseñaron que no pasa nada si tienes una mala racha, porque eso significa que dentro de poco comenzarán a pasar cosas buenas. Cuando tocas fondo, sólo queda subir y subir hasta salir a la superficie. Lo difícil es que te falta el aire. De poco sirve echar en cara las cosas, o echar balones fuera eximiéndose de culpabilidad. Hay cosas que pasan porque tienen que pasar, y punto. Y hay cosas que pasan como consecuencia de tus actos, y otras que no. Lo malo es que cuando todas esas cosas te pasan a la vez parece una jugarreta del destino. Y, a lo mejor es así, porque en ocasiones nos quiera dar un escarmiento. Una lección para espabilar, para encararse a los problemas hay que resolverlos. Claro, resolver aquellos problemas susceptibles de resolución. Hay problemas que vienen y no tienen remedio. Que hay que aceptarlos.

"El café se enfría, el cigarro se apaga, el tiempo pasa y las personas cambian". Pero, ¿sabéis qué? Cuando sentáis que no encontráis solución a un problema, os recomiendo seguir siempre mi consejo; repetid mil veces o las que haga falta: "No hay que rendirse ¿eh? Y ahora más que nunca, no te puedes acoquinar, las cosas hay que lucharlas". 

domingo, 13 de octubre de 2013

Lo que encontré por casualidad


¿Qué ocurre al mover un sofá? ¿Y al mover una vida? 

Esto fue lo que encontré:

Encontré a alguien que, por casualidad ha pasado a darle esa chispa a mi vida que me faltaba por momentos. Y me gusta, porque tiene lo suficiente para gustarme, pero lo justo para no enamorarme. Unas idas y venidas que no vienen a cuento, ganas de repetir momentos, y sobre todos risas, muchas risas. Único e irrepetible, lo juro. 

<Quizás eran aquellas tonterías las que echaba de menos, porque con el tiempo me he dado cuenta de que, más que el amor, es la risa lo que une a dos personas>

sábado, 12 de octubre de 2013

Fracasos sentimentales

Tener un ex puede convertirse en un tormento. Una relación rota apunta a conflictos que hay que solucionar y el tipo de relación que mantengamos tras la ruptura con el otro señala la capacidad que tenemos para resolver esos conflictos. Las peleas continuas provienen de ataduras psíquicas que no se saben romper. Después de una separación, hay que elaborar los sentimientos de pérdida. Una pareja siempre organiza un cuerpo simbólico de su relación interpersonal y, cuando se rompe, cada uno de sus miembros siente que el otro se lleva con él parte de sí mismo. Cuando el "yo" ha hecho una reconstrucción con lo vivido como partes perdidas, se puede hablar de que hay un enriquecimiento de la capacidad para relacionarse. Entonces se puede volver a establecer una relación nueva. Si no, las discusiones y los enfrentamiento se mantienen en el tiempo.

Una relación amorosa se construye bajo la base de múltiples complicidades inconscientes, entre las que destaca la de depositar en el otro aquello que tememos de nosotros mismos, así como lo que admiramos. Por ejemplo, si somos muy dependientes y no lo aceptamos, podemos elegir a alguien más dependiente aún para atribuirle nuestras debilidades. Si nuestra historia afectiva no ha sido del todo buena, repetimos enlaces patológicos porque no sabemos relacionarnos de otra forma.

Cuando una pareja se separa, cada uno tiene que enfrentarse a todos lo que no funcionó dentro de sí mismo. Es un acto que exige la valentía de enfrentarse a los problemas internos. Ambos tienen que realizar un proceso psicológico que les conduzca a revisar lo que les hizo romper, y enfrentarse así al duelo por la pérdida de lo que la otra persona representaba en su vida. La separación de una persona a la que se ha querido constituye uno de los momentos de mayor angustia, ya que la pertenencia a una pareja nos da un lugar en relación al otro: somos alguien para él.

Cuando nos quedamos sin ese referente, parte de nosotros se va con él y nos enfrentamos a la soledad y a una reconstrucción de nuestra vida. Si la identidad es frágil, se puede llegar a un estado de desesperación en el que se prefiera morir o matar. El odio hacia el ex tapa la desesperación de no saber andar solo por el mundo y de sentir una desestructuración difícil de soportar. El otro, en este caso, no es responsable de lo que sucede, ya que la elección amorosa se lleva a cabo desde el inconsciente.

viernes, 11 de octubre de 2013

"Ella te hacía mejor persona, y tú, en cambio, la hacías feliz"



PARE, SALUDE Y SAQUE UNA SONRISA

Me quedo con esas personas que te alegran los días, con las que siempre tienen una sonrisa en la cara (incluso en sus peores días). Me quedo con las buenas personas, con las que buscan para los demás lo mismo que para sí mismo. Con la gente que basta con mirarla para saber que es una buena persona. Con los que te hacen sentir especial. Con los que pasas buenos ratos, sea cuando sea. En definitiva, con las personas que hacen de tu alrededor un sitio agradable en el que te gusta estar. Con los que transmiten cariño, confianza, y ganas de estar bien. Con las personas con vitalidad, con las que quedan tan lejos de ser gente contaminante. Con aquellos que te transmiten su felicidad y te dan ganas de vivir más intensamente. 

Me quedo con esas personas, porque al fin y al cabo, son las que valen la pena. 


jueves, 10 de octubre de 2013

Un final no feliz

Quizás es por ti por quien se me han quitado las ganas de escribir. Quizás por estos continuos choques que me dejan un tanto descolocada. Y rota. Tanto que rota. A veces pienso que no me recuperaré nunca de esto. Otras, pienso que es algo pasajero. Quiero creerme eso, aunque sé que nunca dejaré de darle alguna que otra vuelta a todo esto. Es que joder, ¿desde cuándo se olvidan las cosas importantes?
Últimamente me he convertido en una especie de imán que atrae solo lo negativo, y no solo eso, sino que también se carga todo lo que tiene a su alrededor. También tengo un problema con lo de calentarme en un momento y soltar las primeras cien cosas que se me ocurren (que suelen ser malas). Esa mala leche me la tengo que tragar y lo sé, pero en el momento es todo tan tentador y tan correcto de decir... es que ya no puedo ni excusarme diciendo que es en defensa propia, no, es que ya es ser una completamente idiota de turno.

Lo jodido es darse cuenta después. Y más jodido es arreglar algo que está más que roto.

Por escribir, escribiría tantas cosas... pero al final, todo se quedaría reducido en un "lo siento". En un "ojalá nada de esto hubiese pasado". En un "la vida es una mierda cuando te encuentras perdido".

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Septiembre, el lunes de los meses

Cuando empieza agosto en el calendario ya nos empieza el agobio de tener que aprovechar los últimos días de verano. Y cuando vemos que ya llega septiembre empezamos a pensar en lo rápido que ha pasado el verano, en lo corta que ha sido su visita esta vez. Y con él llega el miedo a empezar de nuevo, las despedidas, los besos a distancia, los exámenes para los más perezosos, una nueva lista de propósitos que tampoco cumplirás este año... Vuelve el libro en la mesita sobre cómo sobrevivir a un sin ti. Por eso siempre pienso que quererse en invierno es de románticos, y enamorarse en verano es de valientes. Septiembre llega a ponernos a prueba. Quizá por eso es de los meses más odiados por todo el mundo.

Vuelve la ciudad que me ha enseñado a ser y a no existir, viene el otoño para probarnos lloviendo, para querernos confiando y vivir mandándonos besos para sentirnos más cerca.

Empiezan las prioridades y vendrán las consecuencias. Mi pobre septiembre, que a pesar de todo lo que traes contigo, yo te sigo queriendo igual. Aunque este año vengas con un plus de dificultad en mi vida, y aunque me estás ya asustando con lo que está por llegar.

Todavía es demasiado pronto para perder el tiempo escribiendo suposiciones... Pero nunca, nunca nada es demasiado.


viernes, 6 de septiembre de 2013

The real me:

Ésta
Ésta es
Ésta es la
Ésta es la manera
Ésta es la manera más
Ésta es la manera más tonta
Ésta es la manera más tonta de
Ésta es la manera más tonta de decir
Ésta es la manera más tonta de decir que 
Ésta es la manera más tonta de decir que te
Ésta es la manera más tonta de decir que te quiero.

Pero sabes perfectamente que a la hora de querer, no vas a encontrar a nadie igual. Y mucho menos, a una persona que esté dispuesta a dar más de lo que yo llegaría a dar por ti.

Our last summer days...

Y quiero -me gustaría- que este fin de semana largo que se nos presenta sea uno de los buenos, de los que se recuerdan de repente hablando de aventuras pasadas. Que esto se convierta en un viaje de esos con los que acabas agotada, que te dejas la vida en ellos por lo breves que son, en los que te excedes en todos los sentidos. En los que hagas lo que hagas no importa, porque al final, pensarás que todo ha merecido la pena. Porque te lo has pasado como nunca y lo único de lo que tienes ganas es de coger el teléfono y empezar a contar todas las batallas a otra amiga que se lo haya perdido, o para comentar las jugadas con tus compañeras de viaje.

Sea como sea, de verdad que me entran muchas ganas de irme ya; aunque no lo parezca -como diría mi madre- porque todavía no tenga la maleta hecha (es por la emoción, no por vagancia).

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El indomable...

<<Si te pregunto por el amor, me citarás un soneto. Pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable. Ni te has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que Dios ha puesto un ángel en la Tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno, ni qué se siente al ser su ángel. Al darle tu amor, darlo para siempre. Y pasar por todo, por el cáncer. No sabes lo que es dormir en un hospital durante dos meses, cogiendo su mano, porque los médicos vieron en tus ojos que el término horario de visitas no iba contigo. No sabes lo que significa perder a alguien. Porque sólo lo sabrás cuando ames a alguien más que a ti mismo. Dudo que te hayas atrevido a amar de ese modo. Te miro y no veo a un hombre inteligente y confiado. Veo a un chaval creído y cagado de miedo.>>

martes, 3 de septiembre de 2013

Ella es verano

Ella es verano.

Con ella siempre es de día.
Un verano de verdad, de no saber qué hora es.

Veranos en los que se pierde la noción del tiempo.
Y qué más dará el tiempo, siempre hay luz, siempre hay tiempo para algo más.

Como esa cerveza que entra fría al mediodía.
Quitándote miedos, refrescando ideas.
Dándote fuerzas para afrontar los inviernos.
O los aburridos otoños.

Rompiendo el tedio y la rutina, rescatándote del naufragio
Enseñándote la arena de playa que hay debajo de las baldosas.

Ella es el libro que tienes tiempo para devorar.
Es esa canción pegadiza que no te sale de la cabeza.
La que siempre tiene ganas de bailar.
Ella es en todo lo que piensas cuando tienes ganas de volar.


HOW TO BE HAPPY:

1. Enjoy simplicity
2. Smile as much as possible
3. Live for today
4. Love each other
5. Watch the sunset
6. Read hundreds of books
7. Listen to great music
8. Love yourself
9. Learn from your mistakes
10. Understand no one is perfect
11. Eat ice cream in summer
12. Built a snow fort
13. Act like a kid again
14. Take nothing for granted
15. Live up to your expectations

viernes, 30 de agosto de 2013

"La gente inteligente aprende de los errores de otros, la gente idiota espera a aprender de los suyos"

Mi madre tiene un grupo de frases emblemáticas, algunas son muy ciertas y otras no tanto. La anterior es una de las frases que yo tomé como verdad absoluta hasta que la vida de a pocos me demostró todo lo contrario. Aunque no sé, de repente, por lo terca que soy pertenezco a un pequeño porcentaje de la humanidad que necesita equivocarse para aprender la lección y bien aprendida. De todas formas, en algunas áreas sí se puede aprender de los errores ajenos, pero en una en particular casi todos hemos necesitado equivocarnos para aprender. Me corregiré y diré "casi todas" dado que aún no entiendo muy bien el funcionamiento de la mente masculina y solo puedo atestiguar en nombre de las mujeres. Casi todas hemos necesitado equivocarnos y es más, hemos tenido el deseo de equivocarnos, cuando se trata de problemas del corazón. Sobre todo cuando son los primeros problemas que sufrirá nuestro bombeador de sangre. 

Hay errores que cometemos sin la intención de querer errar. Por ejemplo, cuando decimos algo y hiere a una persona que queremos, pero no fue nuestra intención herirla en primer lugar. La mayoría de errores que las mujeres cometemos cuando nuestro primer gran amor se nos escapa de la manos, casi siempre son hechos teniendo como base el deseo de equivocarnos. Incluso donde no hay drama, nosotras creamos nuestro propio drama para que años más tarde pensemos "¿en serio hice eso?" o "¿tan tonta era?".

Lamentablemente, muy pocos primeros amores sobreviven por más que queramos creer lo contrario en su momento. Cuando yo quise a alguien por primera vez y terminó absolutamente todo, por un momento creí que nunca iba a poder querer a alguien más. En serio lo creí. De repente, querer sí pude, pero no con esa misma intensidad. Pasaron los meses (una buena cantidad) y me dí cuenta de que me equivocaba, que tenía 18 años y que mi vida estaba empezando. Pero mucho antes de ello, no sé si fue la mezcla de demasiadas novelas de Jane Austen a tan corta edad o mi exposición a tantas comedias románticas, tal vez mi personalidad de romántica empedernida o tal vez todo junto y otros factores que hicieron que me cegara totalmente en nombre del "amor". Incluso a los 12 años sabía que yo era mucho más madura que mi primer amor, que tenía todo para retirarme con la cabeza en alto. Yo había sido la afectada, pero sin embargo realicé acciones de las que me arrepentí meses más tarde...

miércoles, 21 de agosto de 2013

El truco es...

El truco es tener mala memoria.
No recordar cada conversación, ni cada roce. No recordar que esas canciones son suyas, que decidiste ponerles su nombre un día, porque lo único que pasaba por tu cabeza era su sonrisa.

El truco es no pensar en la playa. 
En las peleas en el agua, en la arena, en su cuerpo mojado, en que te molesta la arena cuando te la tira por encima.

El truco es no pensar en su nuca. 
En cómo se alejó tan rápido.

El truco es no acostumbrarse. 
No acostumbrarse a cuatro palabras bonitas, a noches en vela, a caricias en la espalda, a canciones con mucho más sentido, a planes sin sentido alguno, a ganas saciadas, a preguntas contestadas.

El truco es no preguntar. 
No preguntar "por qué", la respuesta no te va a gustar, es mejor no saberla, que es miedo a que diga que ya no hay nada que hacer, por mucho que esperes no vas a volver a tener noches en vela por él, ni tardes "desaprovechadas" porque no te deja estudiar, porque prefieres estudiarle.

El truco es no decir "Buenas noches".
Que son suyas.

El truco es que no hay trucos. 
Que es él, que no funcionan. Te rompe los esquemas, lo hizo desde que decidió dejarse ver. Que si no quiere no aparece. Que son sus "Buenas noches" las que esperas. El único capaz de hacer que te salga el orgullo, y no ser capaz de preguntar. O el miedo, a saber, a que ya no vuelva. Que ya dijo que no había nada.

Pero.

El truco en realidad es que no haya un "pero".
Eso, que nunca depende de ti.

lunes, 19 de agosto de 2013

La vida siguió...

Y, sin ti, como bien dijo Sabina, la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Todo sigue. Todo excepto yo. Yo me quedo, aquí, tirada en la cama, sufriendo este eterno domingo en el que tengo demasiado tiempo libre para recordar que estoy perdida. Que te he perdido. Y que somos una horrible causa perdida. No quiero abrir los ojos. Para qué. Y tampoco quiero salir de mi habitación. No me aviséis cuando la cena esté lista. Dejadme un poquito sola, en silencio, mientras escribo y desvivo por encontrar una salida antes de que empiece a gustarme demasiado todo este decadente estilo de vida. Todo este arañarme la herida preguntándome si estarás siendo feliz sin mí, y sé que sí, así que, ya no sólo me hiero, sino que sangro, pero no grito. No, no grito. No quiero llamar la atención, ni gritar auxilio ni enviarte por whatsapp ese "rescátame, joder" que termino siempre borrando. Estoy segura de que destrozarme un poquito más contra el suelo, por tropezar con la misma puta piedra de siempre, me enseñará algún día que hay veces que no merece la pena quedarse mucho tiempo en el mismo lugar. Aquí sólo hay precipicios, cariño. Precipicios y fotografías nuestras. Que, en realidad, vienen a ser lo mismo. Así que, te explico, y atento: la próxima vez que nos veamos nos sonreiremos, y nadie sabrá que, en realidad, nos estamos apuñalando el alma. Nos preguntaremos qué tal estamos y diremos que bien, aunque tú sepas que yo estoy jodida y aunque yo ignore si has conseguido ser feliz. No hablaremos de nuestros sentimientos, para qué, hablar de sentimientos es de personas valientes, de personas fuertes; y nosotros sólo somos un par de gilipollas; yo, una gilipollas que escribe cosas bonitas sobre el amor, y tú, un gilipollas que sabe desordenarme el ciclo de sueño demasiado bien. Y no dejaremos de sonreír en ningún momento, será nuestra forma de gritar. Acuérdate de lo que te digo. Y luego nos iremos y querremos quedarnos un poquito más. Querremos jugar a ese juego de sentir que le importamos a alguien. Un juego peligroso, vaya. Pero no jugaremos. Como decía, nos iremos y ni siquiera nos giraremos para mirar atrás, quizá ni dos besos de despedida, quizá ni un "hasta pronto". Quizá lo más conveniente sería despedirse con un "descanse en paz". Con un punto y final. Con un "ni vivieron felices ni comieron perdices, se emborracharon como un día de fiesta cualquiera y siguieron deseando que alguien les rescatase esa noche, y todas las demás noches. Siguieron creyendo en el amor, aunque doliese. Siguieron esperando, aunque ya fuese demasiado tarde. Y así toda la vida". Sí, creo que ese sería un final bastante adecuado. ¿No crees? Y qué triste...

domingo, 18 de agosto de 2013

Conjugar en ti todos los verbos que acaben en "arte", menos olvidarte

Dicen que echar de menos es el primer paso para olvidar a alguien. La experiencia me ha hecho creer lo contrario. Ahora pienso que hay personas que son imposibles de olvidar, ya sea por los momentos que hayáis compartido juntos, por las sensaciones que te provocaba o por lo enormes sentimientos que sentís el uno por el otro. Sea cual sea la razón, hay personas que se te quedan guardadas en el corazón, que te dejan su marca, posiblemente para siempre. Porque os unen cosas que jamás os podrán unir a nadie más de la misma forma. Hablo en plural, pero en realidad, yo, personalmente, me refiero solo a una. Y no la podrás olvidar, no te castigues por eso, no sufras, no hagas más esfuerzos de la cuenta. Lo que sí podrán cambiar son tus sentimientos hacia ella, tu forma de ver a esa persona... Y mira que eso es inevitable y peligroso a la vez, porque puedes arruinar un pasado perfecto por estar en un presente que lo descoloca todo. No te dejes engañar; el pasado no cambia, lo que cambian son las personas, con su característica forma de complicar las cosas.


miércoles, 7 de agosto de 2013

Hoy y siempre...

Hoy me levanté con ganas de contarte lo que soñé. Me levanté con ganas de abrazarte y de no soltarte nunca. Con ganas de susurrarte al oído la primera idiotez que me viniera a la cabeza. Me levanté con ganas de besarte, de decirte que te quiero... pero no estabas.

Me pasaré la vida buscando a alguien que se parezca a ti

Estoy segura de que no me considero igual que como tú piensas que soy. Tampoco es que sepa muy bien del todo cómo soy. Lo que sí sé es que no hay nada en el mundo que vaya a cambiar lo que pienso yo de ti. Ni lo que siento. Ni lo que hemos pasado o dejado pasar. Creo que nosotros nunca debimos de acabar, siento opinar distinto a ti, pero es lo que pienso. Porque desde entonces he puesto mi vida patas arriba, como de vez en cuando está mi armario. Y no hay forma de ordenarlo, son demasiadas cosas y no puedo con todo a la vez. Y si cuando empiezo a ordenar mis ideas llegas tú otra vez como un huracán a desordenarlo todo... así no hay manera. Y no es solo eso, es que pensaba que estaba aprendiendo a ser fuerte, y todo eso se ha esfumado también. Ya vuelvo a ser la misma vulnerable de siempre, joder. Pero he de admitir que no me importa del todo. De verdad, lo admito, te echaba de menos a ti y a todo lo que viene contigo. Creo que no conozco a nadie que sea más iluso que yo. Olvidarte, suena tan imposible que no sé ni cómo llegué a pensar que con un poco más de tiempo lo conseguiría. Al menos es lo que dicen por ahí, lo oigo a todas horas, y lo siento pero cada vez me parece más imposible. Y cada vez me siento más idiota. Por eso, y por todo. Por esta mala sensación, por no estar a la altura de nada, por simplemente no hacer las cosas bien. ¿De verdad que todavía no se ha inventado una máquina del tiempo? ¡Que prometo que yo pago por ella lo que sea!

sábado, 27 de julio de 2013

Te pido perdón:

Por las veces que te he molestado, si alguna vez te he dolido y si alguna vez te he hecho perder los nervios. Porque soy difícil, lo sé, no por complicada, sino por desastre. Perdóname si en algún momento, por breve que fuese, te he llegado a odiar y perdóname por haber desgastado tu nombre. 






No contaré a nadie que irrumpiste en mi vida

No contaré a nadie que irrumpiste en mi vida sin dejarme opción.
No contaré a nadie que cuando quise darme cuenta era tarde.
Y tuve miedo, claro, pero ésto también es secreto, no lo cuentes.
No contaré a nadie que tuve tanto miedo que te pedí compartirlo.
Al fin y al cabo, el miedo compartido se digiere mejor.
No contaré a nadie el primer beso, la primera noche o el primer despertar.
No contaré a nadie que desde entonces no afronto mis problemas sola.
No contaré a nadie cómo es tu cuerpo, qué escondrijos guarda, esperando que nunca me encuentren si me pierdo en él.
No contaré a nadie lo gracioso de tu risa, con dos cervezas de más.
Al igual que tampoco contaré que no hay mejor resaca que beber de tus labios.
No contaré a nadie que Vargas Llosa tenía razón: lo perfecto es lo imperfecto y lo bello es lo normal.
No lo cuentes tú tampoco, se nos puede perder por el camino. Vívelo y ya habrá tiempo de contarlo.

26 de Septiembre del noventa y cuatro

Sinceramente, no me acuerdo muy bien qué pasaba por aquel entonces. Según el periódico, el veintiséis de Septiembre de 1994, los consumidores se quejaban de que el precio del pan había subido cinco pesetas. Puede que yo naciera con una barra de pan debajo del brazo y seguramente fuera la más cara hasta entonces. Volvía de nuevo Verano Azul con las aventuras de la pandilla playera que hizo llorar a media España. Las tasas de desempleo serían bastante más bajas, encima el día veintiséis era lunes, y seguramente no haría mucho frío.No había cumplido ni los nueve meses. A mí con siete me bastaba para salir allí afuera. Después de dieciocho años y pico, aprendí que la vida está llena de casualidades, que el mundo es muy pequeño, como un pañuelo, y las personas son muy grandes. Hay emociones inaccesibles y calles llenas de mentiras. Hay secretos en los cementerios y amor hecho lágrimas en la puerta de un hospital. Hay días cortos y días largos. Hay días que te mueres por volver a vivir, y hay vidas que te mueres por volver a abrazar. Nunca sabrás si detrás de esa puerta están haciendo el amor o si en la parte de atrás de un coche aparcado hay un polvo a medio acabar. Nunca sabrás si la persona con la que te cruzas una mañana tiene la respuesta a tu pregunta, o si por alguna razón os volveréis a cruzar algún día. En dieciocho años he aprendido que un vagón de metro está lleno de historias inacabadas. Hay ojos tristes, risas con ganas y miradas perdidas. Hay terminales de aeropuertos llenas de encuentros y despedidas. Siempre hay un marido triste en la barra del bar y siempre hay alguien que está pensando en ti. Hay hoteles llenos de infidelidad, hay corrupción, hay bolsillos llenos de monedas, de droga, de desamores y problemas sin aparente solución. Hay gente que sabe de dónde viene y no sabe a dónde va. Hay canciones que marcan tu vida para siempre.Y a pesar de todo lo que cabe en el mundo, éste sigue siendo demasiado pequeño. Porque a veces, el mundo gira y yo sólo te espero a ti. Porque de todas las vidas, yo sólo quiero encontrar la que valga la pena de verdad.

domingo, 21 de julio de 2013

a -10 y a 40 grados

Te quiero cuando tienes frío y cuando te mueres de calor. Cuando espero y desespero. Cuando tardas menos de cinco minutos en comer y más de quince en salir de tu cuarto. Te quiero entre besos y abrazos. Cuando me entiendes y cuando intentas entenderme. Acostado. De pie. Sentado. Cuando tienes sueño y cuando sueñas. Despierto y dormido. Te quiero cuando para contar algo te andas por las ramas y todas esas veces cuando no das más de dos rodeos. Cuando me escribes. Cuando me lees. A escondidas y por la calle. Te quiero en palabras, a voces y en silencio. Sobre mí. Cuando estornudas y cuando toses. Cuando tienes la voz ronca. Por la mañana y por la tarde, e incluso por la noche. Te quiero sonriendo, llorando. A la 1, a las 2 y a las 3. A las 25. Cuando te quedas conmigo. También en las despedidas. En primavera, en otoño, en verano y en invierno. Te quiero en Febrero, y en todos los meses. Cuando no estás. Cuando me besas. Cuando me acompañas y cuando no. Cuando haces cosas estúpidas conmigo y sin mí. Te quiero en mi casa, en la tuya y donde sea. En gestos y ausencias. Más de lo normal, porque eres tú. 



Los amores de tu vida

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...

Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis para siempre, alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán siempre alcanzar un final feliz, hasta que cierto día dejaréis de intentarlo, os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando, pero os aseguro que no pasaréis una sola noche sin necesitar otro beso suyo o tan siquiera discutir una vez más...

Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estábais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza. Os libraréis de él o ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma); pero os aseguro que no pasaréis un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros, porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.  

La semana

Háblame de Guevara los domingos. 
Olvídame los lunes y los martes.
Invítame los miércoles al cine. 
No dejes de pensar en mí los jueves.
Los viernes quiéreme como un loco.
Y los sábados cásate conmigo. 

sábado, 20 de julio de 2013

"Amores reincidentes para seres de felicidad intermitente"

Cuando él estaba, todo funcionaba.
Cuando se iba, su obra se derrumbaba.
Así se pasó la vida.
Yendo y viniendo.
Siempre reconstruyendo.

Piensa en el pasado si lo necesitas, si te es imprescindible. Pero recuerda una cosa:

Las oportunidades sólo las vende el presente.

Lo más preciado se pierde por lo más tonto

Una vez más vuelvo a hacer lo imposible, a conseguir lo impensable, a tirarme por la borda y a esperar que alguien me salve.

Ahora soy yo.

Qué bien sabe ser uno mismo

Sé lo que me hizo feliz en el pasado y lo que me da fuerza en el presente. Del futuro no me hables, no al menos hasta que llegue.


jueves, 18 de julio de 2013

Dos conocidos con recuerdos en común

Nunca terminamos de conocer a las personas, y cuando crees conocerlas, te sorprenden. Todos sabemos que nada es para siempre, y aunque podemos fingir que no sabemos eso y disfrutar del momento, tarde o temprano sabemos que terminará...

Cuando menos te lo esperas todo cambia, y te das cuenta de que te gustaba más de lo que podías imaginar. Lo difícil es cuando llega la hora de aceptar lo ocurrido.

¿Y ahora qué somos? Solo dos conocidos con miles de recuerdos en común. Y se vuelve todo más difícil, más sinsentido, menos real y menos convincente. Porque olvidar a alguien es difícil, pero aún más si es alguien con quien olvidabas todo lo demás. Y la incertidumbre de no saber lo que pasará la próxima vez que nos encontremos... de eso ya no hablemos.

A veces lo único que uno necesita es un abrazo de esos de aeropuerto, y regresar un rato al pasado.

miércoles, 17 de julio de 2013

Ser romántico no tiene nada que ver con cenar a la luz de las velas y recitar versos de Neruda bajo la luna llena. Eso es cursilería barata, pero no romanticismo.
El verdadero romanticismo consiste en ser incoherente con algunos de tus principios, romperlos y traicionarlos de cabo a rabo.

Y hacerlo todo por amor a alguien.

Tienes que demostrarle que has dudado de ti mismo hasta el punto de traicionar tus "yo nunca" y algunos de tus "nunca más".


Constantes cambios

A esta edad, todo está cambiando. Día a día, no lo notamos. Pero mira los años que han pasado y te darás cuenta de que sí. Las personas que pensaste que estarían siempre no lo están, y personas con las que nunca imaginaste hablar ahora son de las personas más cercanas a ti. La vida en verdad no tiene gran significado, y cuanto más crezcamos  menos sentido tendrá. Así que aprovecha la mayor parte de ella ahora, antes de que todo vuelva a cambiar. Porque en un futuro cercano, todo esto no será más que recuerdos.

martes, 16 de julio de 2013

Si te hace feliz... ¡vale la pena!

Y puuuuuuuuuum, una explosión de felicidad que invade lo invadible, que llena hasta los huecos más imposibles. Como si estuviese viviendo algo impensable y tan real a la vez.
Sé que cuando se habla de aprovechar el momento, se habla de aprovechar momentos como este. Estoy segura, y segura de que lo aprovecharé.
Si está aquí es por algo. Las cosas inesperadas suelen ser las mejores.

sábado, 15 de junio de 2013

No seas tonta y disimula

Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que fui yo para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.

Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos parados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a desatiempo, inconexo y mal.

Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah.

A lo que iba.

Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resulta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande  como el  vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.

Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te nota. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.

Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.

Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.

Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.

Nada de esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.

A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornas tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas de mí,

Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.

Haz ver que me olvidas.

Y me acabarás olvidando.

De verdad.

lunes, 3 de junio de 2013

Aunque ahora no venga a cuento:


Te tengo, te pierdo. Te agarro, te suelto. Te vas y te espero. Te busco, te encuentro. Te acercas, me alejo. Te escucho, te cuento. Te compro, te vendo. Te odio, te quiero. Te dejas, te dejo. Me besas, te muerdo. Te pido, te ofrezco. Te amo, te miento. Te abrazo, te aprieto. Me duermo, te sueño. Qué bueno, qué bueno.

domingo, 2 de junio de 2013

El orden de mi desorden

Solía quitarse la sonrisa y ponérsela en los hombros en plena primavera, protegiéndose de las miradas. Cantaba en la ducha antiguos éxitos de los Beatles, como si todavía estuvieran sonando en la radio, y casi lo conseguía. Comía de los retazos de felicidad que dejaban los completos desconocidos cuando la veían. Llámame loco, pero a veces juraría que me enamoraba de ella, por un instante me enamoraba de los pequeños detalles, de las flores de su camiseta, del segundo agujero en su oreja, del remolino rebelde, de la peca en su mejilla. Hace tiempo que no sé de ella, probablemente esté comiéndose el mundo, por algún garito del centro de alguna ciudad abarrotada de gente. Siempre supe que estaba destinada a triunfar. 

Si dejáramos de lado todo aquello que nos duele...

 tendríamos un sitio para volver a ser alguien diferente. 
Donde tú llegues siempre tarde y yo siempre esté esperándote.

- Si te llevo la contraria, es por llevarte a algún sitio -

Tardé demasiado en comprender que lo mejor que podía hacer por ti, era marcharme. 
¿Pero qué hago con estas ganas de volver?


sábado, 1 de junio de 2013

Un beso lo cura todo

Porque no hay ni mejor ni más fácil reconciliación que un abrazo bien largo, o uno de esos besos de película... Porque hay veces que las palabras sobran, que todos tenemos nuestros más y nuestros menos, pero lo que importa es que nos queremos. Porque está comprobado señores, un beso lo cura todo todo todo, y más de uno no te quiero ni contar...


martes, 21 de mayo de 2013

Rousseau

Desear no es querer. Se desea lo que se sabe que no dura. Se quiere lo que se sabe que es eterno. Y el recuerdo... el recuerdo es un poco de eternidad que siempre tendrás.


jueves, 16 de mayo de 2013

Equilibrio

Hoy en clase he aprendido que una relación, una asociación entre dos personas, tiene que ser siempre equilibrada. Tanto al juntarse como al separarse, hay que valorar si las dos partes ganan. Si una gana, pero el otro pierde, ¿qué tipo de equilibrio existe? Ya respondo yo: ninguno. Por eso es tan difícil la decisión de juntarse y de separase. La intención es que las dos personas ganen algo, que no pierda ninguno de los dos, que la relación les aporte algo positivo a ambos.
Hay personas que se complementan a la perfección, por ejemplo, un pensador de ideas y un ejecutor de acciones. Puede que el que piensa tenga ideas buenísimas, pero si no sabe cómo ejecutarlas, de poco le sirven. Y como este, infinitos ejemplos nos encontramos en nuestro día a día. Y esa es la base de una relación, si ves que no funciona ese equilibrio del que hablo, empieza por no empezar una nueva relación.


domingo, 12 de mayo de 2013

She's smiling, but she's breaking inside

     Siempre habrá algún momento en el que tendrás una sonrisa triste. Bueno, seguramente será en más de una ocasión, para qué engañarse.

Y es que existe tanto conflicto bajo una sonrisa triste... En ella surge una lucha interna de caer por el borde del precipicio y estar apenas colgando. Estás triste, pero a veces, basta con tirar de las comisuras de los labios hacia arriba para seguir adelante. Porque estás contaminado con sentimientos que no quieres sentir, pero por mucho que quieras, no se puede dejar de sentir. Por otra parte, piensa que todavía estás sonriendo. Que hay al menos una razón por la que las comisuras de tus labios siguen hacia arriba. Sea la razón que sea, ya sea por ti o por alguien más, todavía están arriba.

Pero oye, por triste que sea, por muy mal que pueda hacerte sentir, por muchos secretos que guardes detrás de ella, sigue siendo una sonrisa.

The happiest smiles hide the saddest eyes

      Y llega el momento en el que, de nuevo, te sientes el ser más estúpido en la Tierra. Porque no solo has perdido ya todo, sino porque te das cuenta de que todo ha sido mentira. Que sí, que aunque para mí sean de verdad, las relaciones nadie se las toma en serio, son de mentira. Son un estado, en realidad ya nadie se fija en los sentimientos. Y odio esas relaciones, y odio a todas aquellas personas que las hacen de mentira. En serio, yo no dejo de sentir lo que siento entre siesta y siesta, siempre se queda ahí, ¿por qué solo a mí me pasa eso?
Literalmente, me odio, porque siempre escojo el peor camino, siempre caigo en las mismas, y me mando a la mierda constantemente. Pero ya no puedo más, y sí, me voy a obligar a mí misma a pasar, a hacer como hace todo el puto mundo, a obviar, pasar y olvidar sin más, así por simples ganas. A seguir con la vida, sin preocuparse por la otra persona, porque en realidad no te ha importado nunca y no la necesitas para nada. Ese es el problema, que yo si necesito. Es una constante decepción, tristeza, ya no sé ni lo que es.Y si soy una quejica es porque duele, duele y de verdad, y porque al contrario de la mayoría, tengo un corazón de verdad. Pero ya está. Se acabó esta mierda de vida que me sale tener. Si hay que sonreír se sonríe, aunque sea una sonrisa vacía.

FUCK

I wanna see you. And hug you. And kiss you. And make you smile. And make you laugh. And hold your hand. And just lie on the sofa next to you. And then just fall asleep beside you. I just need you. And this is a fucking stupid life

"Dar la vuelta al mundo para abrazarte por la espalda"


sábado, 11 de mayo de 2013

Donde habita el olvido

       Entre la cirrosis y la sobredosis andas siempre, muñeca. Con tu sucia camisa y, en lugar de sonrisa, una especie de mueca. ¿Cómo no imaginarte, cómo no recordarte hace apenas dos años? Cuando eras la princesa de la boca de fresa, cuando tenías aun esa forma de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa. Búscate otro perro que te ladre, princesa. 

Maldito sea el gurú que levantó entre tú y yo un silencio oscuro, del que ya solo sales para decirme, "vale, déjame veinte duros". Ya no te tengo miedo nena, pero no puedo seguirte en tu viaje. Cuántas veces hubiera dado la vida entera por que tú me pidieras llevarte el equipaje.

Ahora es demasiado tarde, princesa... 

Tú que sembraste en todas las islas de la moda las flores de tu gracia, ¿cómo no ibas a verte envuelta en una muerte con asalto a farmacia? ¿Con qué ley condenarte si somos juez y parte todos de tus andanzas? Sigue con tus movidas, pero no pidas que me pase la vida pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde, princesa. Búscate otro perro que te ladre, princesa. 

miércoles, 1 de mayo de 2013

Por no echarle cojones, la echarás de menos

<Hasta el más cobarde es valiente, cuando está en juego lo que quiere>

Y es que, por injusto que parezca, en tu vida conocerás solo a dos tipos de personas: las que algún día echarás de menos... y todas las demás.

¿Por favor?






¿Alguien me arropa mientras me da un beso en la frente y me dice que todo va a salir bien? 

Aunque no vaya a salir bien, me da igual. 

Es que hoy las “buenas noches” convencionales no me sirven. 


martes, 30 de abril de 2013

"Enamorarnos como adultos, para acabar llorando como niños"

Es lo que tienen el amor y los catarros:
unos te hacen sentir al borde de la muerte, 
el otro buscar el filo de la vida y afilarlo.
"Ser tímido no es algo malo. No tienes por qué mejorar. Si eres tímida, pues lo eres y ya está. De vez en cuando es bonito encontrarse a alguien que no se crea el mejor del mundo y que no es un prepotente. Y por eso me alegro de haberte encontrado a ti. Me gusta tu timidez, y que te pongas tan roja cuando te sientes desprotegida".


I just love you, but with all my heart


¿Alguien que me rescate?

     Que venga a por mí y me recoja en sus brazos amables. Que me diga que hoy soy especial. Que no haga que me esconda de lo que llevo dentro. Que me apriete fuerte y me sonría con ternura y amor. 
     ¿Hay alguien que me quiera por ahí? Porque se me ha caído mi cielo, y ya no tengo nada en lo que creer. 
     Siento esa cuerda invisible cuando cierro los ojos y cuando los abro. Cuando miro, cuando ando, cuando tiemblo, cuando lloro y cuando estoy en mi cuarto en la soledad de la noche que no me deja dormir.
     Quisiera ser feliz pero no puedo. No puedo. No puedo.
     Y le prometo a todo el mundo que quiero: quiero ser feliz. De verdad. Pero ¿cómo puede serlo alguien sabiendo que no puede tener lo que más desea? 
     Debo conformarme, ya lo sé. Pasar a otra página del libro. Ignorar lo que dicta mi corazón. Decidir de una vez por todas que todo está perdido. 
     Admitir el final. 
     Sin embargo, no es tan sencillo renunciar. No es nada fácil olvidar que lo que sientes no se va a ir, que se va a quedar. 
     Y mañana al despertar volveré a sentir la misma impotencia y la misma angustia por seguir sintiendo lo que siento.

martes, 16 de abril de 2013

XÑT

Cada persona tiene su forma personal y única de demostrar las cosas, tanto inconsciente como conscientemente. Para eso soy buena, para interpretar señales, formas de ser, acciones... A veces duele, otras mejora. Pero las veces que duele es por autoengaño, porque nadie más tiene la culpa. De vez en cuando pienso que veo las cosas muy a mi manera, sin fijarme demasiado en la realidad. O que quizá me fijo demasiado en los detalles, esa es una de mis perdiciones, que me cuesta cara. Pero no la puedo cambiar, así que pensaré que el problema es la poca confianza que tengo en mí misma, y que eso es algo que sí se puede cambiar. Qué más da, al menos tengo algo claro hacia ti, alguna que otra razón. Y una sola razón vale más de lo que se cree.