sábado, 27 de julio de 2013

Te pido perdón:

Por las veces que te he molestado, si alguna vez te he dolido y si alguna vez te he hecho perder los nervios. Porque soy difícil, lo sé, no por complicada, sino por desastre. Perdóname si en algún momento, por breve que fuese, te he llegado a odiar y perdóname por haber desgastado tu nombre. 






No contaré a nadie que irrumpiste en mi vida

No contaré a nadie que irrumpiste en mi vida sin dejarme opción.
No contaré a nadie que cuando quise darme cuenta era tarde.
Y tuve miedo, claro, pero ésto también es secreto, no lo cuentes.
No contaré a nadie que tuve tanto miedo que te pedí compartirlo.
Al fin y al cabo, el miedo compartido se digiere mejor.
No contaré a nadie el primer beso, la primera noche o el primer despertar.
No contaré a nadie que desde entonces no afronto mis problemas sola.
No contaré a nadie cómo es tu cuerpo, qué escondrijos guarda, esperando que nunca me encuentren si me pierdo en él.
No contaré a nadie lo gracioso de tu risa, con dos cervezas de más.
Al igual que tampoco contaré que no hay mejor resaca que beber de tus labios.
No contaré a nadie que Vargas Llosa tenía razón: lo perfecto es lo imperfecto y lo bello es lo normal.
No lo cuentes tú tampoco, se nos puede perder por el camino. Vívelo y ya habrá tiempo de contarlo.

26 de Septiembre del noventa y cuatro

Sinceramente, no me acuerdo muy bien qué pasaba por aquel entonces. Según el periódico, el veintiséis de Septiembre de 1994, los consumidores se quejaban de que el precio del pan había subido cinco pesetas. Puede que yo naciera con una barra de pan debajo del brazo y seguramente fuera la más cara hasta entonces. Volvía de nuevo Verano Azul con las aventuras de la pandilla playera que hizo llorar a media España. Las tasas de desempleo serían bastante más bajas, encima el día veintiséis era lunes, y seguramente no haría mucho frío.No había cumplido ni los nueve meses. A mí con siete me bastaba para salir allí afuera. Después de dieciocho años y pico, aprendí que la vida está llena de casualidades, que el mundo es muy pequeño, como un pañuelo, y las personas son muy grandes. Hay emociones inaccesibles y calles llenas de mentiras. Hay secretos en los cementerios y amor hecho lágrimas en la puerta de un hospital. Hay días cortos y días largos. Hay días que te mueres por volver a vivir, y hay vidas que te mueres por volver a abrazar. Nunca sabrás si detrás de esa puerta están haciendo el amor o si en la parte de atrás de un coche aparcado hay un polvo a medio acabar. Nunca sabrás si la persona con la que te cruzas una mañana tiene la respuesta a tu pregunta, o si por alguna razón os volveréis a cruzar algún día. En dieciocho años he aprendido que un vagón de metro está lleno de historias inacabadas. Hay ojos tristes, risas con ganas y miradas perdidas. Hay terminales de aeropuertos llenas de encuentros y despedidas. Siempre hay un marido triste en la barra del bar y siempre hay alguien que está pensando en ti. Hay hoteles llenos de infidelidad, hay corrupción, hay bolsillos llenos de monedas, de droga, de desamores y problemas sin aparente solución. Hay gente que sabe de dónde viene y no sabe a dónde va. Hay canciones que marcan tu vida para siempre.Y a pesar de todo lo que cabe en el mundo, éste sigue siendo demasiado pequeño. Porque a veces, el mundo gira y yo sólo te espero a ti. Porque de todas las vidas, yo sólo quiero encontrar la que valga la pena de verdad.

domingo, 21 de julio de 2013

a -10 y a 40 grados

Te quiero cuando tienes frío y cuando te mueres de calor. Cuando espero y desespero. Cuando tardas menos de cinco minutos en comer y más de quince en salir de tu cuarto. Te quiero entre besos y abrazos. Cuando me entiendes y cuando intentas entenderme. Acostado. De pie. Sentado. Cuando tienes sueño y cuando sueñas. Despierto y dormido. Te quiero cuando para contar algo te andas por las ramas y todas esas veces cuando no das más de dos rodeos. Cuando me escribes. Cuando me lees. A escondidas y por la calle. Te quiero en palabras, a voces y en silencio. Sobre mí. Cuando estornudas y cuando toses. Cuando tienes la voz ronca. Por la mañana y por la tarde, e incluso por la noche. Te quiero sonriendo, llorando. A la 1, a las 2 y a las 3. A las 25. Cuando te quedas conmigo. También en las despedidas. En primavera, en otoño, en verano y en invierno. Te quiero en Febrero, y en todos los meses. Cuando no estás. Cuando me besas. Cuando me acompañas y cuando no. Cuando haces cosas estúpidas conmigo y sin mí. Te quiero en mi casa, en la tuya y donde sea. En gestos y ausencias. Más de lo normal, porque eres tú. 



Los amores de tu vida

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...

Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis para siempre, alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán siempre alcanzar un final feliz, hasta que cierto día dejaréis de intentarlo, os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando, pero os aseguro que no pasaréis una sola noche sin necesitar otro beso suyo o tan siquiera discutir una vez más...

Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estábais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza. Os libraréis de él o ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma); pero os aseguro que no pasaréis un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros, porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.  

La semana

Háblame de Guevara los domingos. 
Olvídame los lunes y los martes.
Invítame los miércoles al cine. 
No dejes de pensar en mí los jueves.
Los viernes quiéreme como un loco.
Y los sábados cásate conmigo. 

sábado, 20 de julio de 2013

"Amores reincidentes para seres de felicidad intermitente"

Cuando él estaba, todo funcionaba.
Cuando se iba, su obra se derrumbaba.
Así se pasó la vida.
Yendo y viniendo.
Siempre reconstruyendo.

Piensa en el pasado si lo necesitas, si te es imprescindible. Pero recuerda una cosa:

Las oportunidades sólo las vende el presente.

Lo más preciado se pierde por lo más tonto

Una vez más vuelvo a hacer lo imposible, a conseguir lo impensable, a tirarme por la borda y a esperar que alguien me salve.

Ahora soy yo.

Qué bien sabe ser uno mismo

Sé lo que me hizo feliz en el pasado y lo que me da fuerza en el presente. Del futuro no me hables, no al menos hasta que llegue.


jueves, 18 de julio de 2013

Dos conocidos con recuerdos en común

Nunca terminamos de conocer a las personas, y cuando crees conocerlas, te sorprenden. Todos sabemos que nada es para siempre, y aunque podemos fingir que no sabemos eso y disfrutar del momento, tarde o temprano sabemos que terminará...

Cuando menos te lo esperas todo cambia, y te das cuenta de que te gustaba más de lo que podías imaginar. Lo difícil es cuando llega la hora de aceptar lo ocurrido.

¿Y ahora qué somos? Solo dos conocidos con miles de recuerdos en común. Y se vuelve todo más difícil, más sinsentido, menos real y menos convincente. Porque olvidar a alguien es difícil, pero aún más si es alguien con quien olvidabas todo lo demás. Y la incertidumbre de no saber lo que pasará la próxima vez que nos encontremos... de eso ya no hablemos.

A veces lo único que uno necesita es un abrazo de esos de aeropuerto, y regresar un rato al pasado.

miércoles, 17 de julio de 2013

Ser romántico no tiene nada que ver con cenar a la luz de las velas y recitar versos de Neruda bajo la luna llena. Eso es cursilería barata, pero no romanticismo.
El verdadero romanticismo consiste en ser incoherente con algunos de tus principios, romperlos y traicionarlos de cabo a rabo.

Y hacerlo todo por amor a alguien.

Tienes que demostrarle que has dudado de ti mismo hasta el punto de traicionar tus "yo nunca" y algunos de tus "nunca más".


Constantes cambios

A esta edad, todo está cambiando. Día a día, no lo notamos. Pero mira los años que han pasado y te darás cuenta de que sí. Las personas que pensaste que estarían siempre no lo están, y personas con las que nunca imaginaste hablar ahora son de las personas más cercanas a ti. La vida en verdad no tiene gran significado, y cuanto más crezcamos  menos sentido tendrá. Así que aprovecha la mayor parte de ella ahora, antes de que todo vuelva a cambiar. Porque en un futuro cercano, todo esto no será más que recuerdos.

martes, 16 de julio de 2013

Si te hace feliz... ¡vale la pena!

Y puuuuuuuuuum, una explosión de felicidad que invade lo invadible, que llena hasta los huecos más imposibles. Como si estuviese viviendo algo impensable y tan real a la vez.
Sé que cuando se habla de aprovechar el momento, se habla de aprovechar momentos como este. Estoy segura, y segura de que lo aprovecharé.
Si está aquí es por algo. Las cosas inesperadas suelen ser las mejores.