miércoles, 30 de mayo de 2012

What is love?

Love is a funny thing. You expect it to be easy. You expect it to be a world of roses and laughs and perfect moments that you find in movies. You expect him to always say the right thing, and always know exactly how you feel or exactly how to react to it. You expect him to calm you down when you’re yelling or to chase you when you run away. You expect so much that you feel entirely and utterly defeated when something doesn’t exactly match up with all your plans. But that’s the thing. Love isn’t a plan, it doesn’t have a certain beginning and it certainly has no end or visible finish line to those deeply in it.
Love happens; it is so incredibly messy. People around you cant comprehend why you do the things you do, or why you fight so hard for something that seems to cause so much pain, because simply, the cant see. They cants see the invisible ring of insanity that surrounds you when you’re in love. Its inconvenient and painful and devastating at times, but we cant live without it. What you don’t learn is how hard love is. How much work it takes. How much of ourselves we have to put into it. How it isn’t worth it until we are complete and utter idiots about it.
Love isn’t him calming you down when you yell. It’s him yelling, just as loud, just as hard, right back at you, right in your face to wake you up and to keep you grounded. It isn’t him bringing you roses everyday or cute things that make your relationship appear more presentable.
Its after a long fight, that drains the life and bones right out of you both, and yet him showing up at your door the next morning anyway. Its not him saying all the right things or knowing exactly how to handle you. So no, it’s not him caressing your hair and telling you everything is going to be alright. Its him standing there, admitting he’s just as scared as you are. You have to remember that with love, you’re not the only one involved. You’ve unknowingly put your life, your heart into the palms of another persons hands and said, “here. Do what you will. Mash it into mince meat. Or forget I ever handed it to you. As long as you have it.”
It makes us crazy. It makes reality invisible and it erases all the lines that we shouldn’t cross. Because love isn’t about fencing ourselves in; feeling safe, feeling sure about the future. It’s about scaring the shit out of every nerve in our body, but pushing forward anyway. Because ll the fighting and all the tears and all the uncertainty is worth it. And it’s a hell of a lot better, than being 100% happy without someone to show us that there is a world of a difference between feeling “happy” and feeling whole.
In sum, it’s one word: HIM

lunes, 21 de mayo de 2012

Carlos Salem

Las despedidas

He conocido ya contigo una infinita variedad de despedidas.
(Esta manía mía de acompañarte hasta el anden,
solo para olvides que otro extremo del trayecto
no hay nadie que te entienda y te reciba.)

Te has  despedido con prisas,
con ebria euforia sin recato,
com besos para el escándalo de pasajeros que no saben que lo son,
con piquitos por si acaso,
te has despedido dejando en mi dedo medio tu sabor más profundo,
preocupada por lo que te espera en un pueblo al que no perteneces,
impaciente por llegar allí para volver a mi en un par de horas,
agobiada por problemas o secretos,
y creo recordar que una vez,
enfadada por no recuerdo bien qué exceso mío
que juré  no volvería a repetirse.

Y lo que me asombra
no es la versatilidad de nuestras despedidas,
sino que cada vez te digo adiós
como si te dijera "bienvenida".

Eso me gusta, porque es otra forma de tenerte,
cuando crees que te vas
y la parte de ti que no se rinde
 se queda conmigo.

Eso me gusta.
Pero por si acaso, vuelve.

Me hizo darme cuenta,

que amigas de verdad hay pocas, pero que ella valía la pena. Que cada momento a su lado no quedaría en vano, sería un bonito recuerdo más. Y que solo quererla, se quedaba corto. Lo que importa de verdad es tener la seguridad de nunca va a estar sola, y que todo puede ser más fácil a base de reírse sin motivos.

domingo, 20 de mayo de 2012

Todo podría ser más fácil a base de reírse sin motivos

Los días deberían ser más largos, bastante más, porque al final se quedan en nada... y cuando son buenos, parecen incluso más cortos, parece como si los momentos se estrujaran y pasaran más rápido de lo habitual. O eso me parece mí, pero es que es cierto. Hay días eternos, y días que se pasan en un abrir y cerrar de ojos. ¿Por qué, por qué? Cualquier momento de cualquier día, ya sea malo o bueno, tendría que durar más, porque al fin y al cabo, los momentos malos no son malos del todo... son simplemente ausencia de algo bueno, que antes o después acaba llegando, por eso, tendrían que durar más incluso los momentos malos, me gustaría que se acabasen no cuando llegue lo bueno que marque su fin, sino hasta más adelante, para disfrutar de ese cambio. ¿Cómo era eso de la longitud de los días? ¿Más largos en invierno o en verano? Sinceramente que ahora mismo no caigo en la respuesta, y me quiere sonar que son más cortos en invierno, por eso de que anochece antes... pero de todas formas, el mundo estaría mal programado si los días de verano fuesen más cortos, ¿no son los que más se disfrutan? Pues cuanto más largos, mejor. Este verano no sé qué va a ser de él. Sé que va a ser uno de los mejores, de eso no tengo duda, o el mejor incluso, lo que no me gusta es pensar más allá de él, en lo que pasará cuando acabe... No sé qué va a pasar con mi vida, todo depende de este último mes, prácticamente todo, y me parece que recae sobre mí demasiada responsabilidad. Si lo hago todo mal, ¿qué? ¿Qué pasaría? Y no sólo depende de mí, son también las personas que tengo cerca las que pueden hacer que las cosas vayan de una forma u otra. Yo no quiero estar lejos de ellas, ni perderlas, ni que cambie nada. Yo lo que quiero es dar al botón de rebobinar de mi vida, y repetir estos años otra vez, una y otra vez... no quiero saber lo que depara el futuro, simplemente quiero un presente como este en el futuro, sin que cambie nada, pero que sea ya futuro.

jueves, 17 de mayo de 2012

Un pesca con peca

Estaba estudiando a mi amigo Descartes y no es que me parezca demasiado aburrido, pero es que él mismo dice “Pienso, luego existo”, y la cabeza se me va a pensar en cosas varias. ¿Sabes qué? He estado pensando en todas las tonterías que nos salen cuando estamos juntos, en cualquier lado, cuando la gente se nos queda mirando y se ríe, cuando hablan de nosotros, cuando nos miran raro y cuando incluso se meten en nuestra propia tontería. Ya sé por qué cuando estamos sentados en un banco todo el mundo parece diferente, y tan normal… menos tú. También sé por qué se nos quedan mirando, y por qué se rien de nosotros. Porque en realidad no se ríen de nosotros (bueno, reconozco que hay algunos que sí… pero es normal, yo también lo haría), sino con nosotros, comparten nuestra felicidad, o más bien, la compartimos con ellos. Es como cuando te ríes con o de alguien que no conoces y ya te cae simpático. Estás robándole un poquito de su felicidad que a esa persona no le cuesta nada regalar. A mí cuando estoy contigo tampoco me cuesta nada dejar que alguien más se beneficie por nuestra causa, ¿no crees? Porque me siento bien y es como quien dice el mejor remedio. Y quiero pasar muchos más días así, contigo, porque eres tú el que crea esa felicidad, tan natural, que a mí tanto me encanta.
Sé que no vamos a salir ni más listo ni empollones por pasar tiempo en la biblioteca, pero por lo menos sé que más felices sí. Eso ni se duda.
Además, que el que hace tonterías no es que esté loco, es que está feliz.

Pd: Firmado con un guiño.

sábado, 12 de mayo de 2012

Seré lo que quieras que sea

Me convertiré en aquello que más desees, esa tentación que te será imposible aguantar, esas manos que te guste tocar, tu mejor confidente en cualquier rincón. Seré lo bueno y lo malo, seré lo difícil y posible, seré tu imán. Perderás el control a mi lado y te perderás en mis ojos. Podré ser divertida si quieres, pensativa, lista, supersticiosa o valiente, incluso bailarina, seré lo que quieras y lo seré por ti.

jueves, 3 de mayo de 2012

De saber, sé casi todo

No hay monstruos en el armario, ni los reyes magos te vigilan para ver todo lo malo que haces. Sé que los malos son muy malos, y los buenos no son tan buenos. Créeme, que he aprendido que los conciertos están para dejarse los pies, y la voz. Que los besos a escondidas saben mejor. Que un baño de agua fría a veces sienta tan bien como uno de agua caliente. Que el mundo está plagado de personas agradables, y a la vez, de personas que no merecen ser llamadas personas. Ahora sé que no hay calcetines para el pie izquierdo, ni para el pie derecho. Que los tacones a las cuatro de la mañana en una fiesta, ya no están en los pies. Que las medias se rompen muy fácilmente, y que el pintalabios rojo no se borra de las camisas blancas. Y lo más importante, sé que de siete días a la semana, yo te quiero ocho.

Porque sí, porque no

Porque uno más uno no siempre son dos. Porque el blanco puede ser negro. Porque el negro es la mezcla de todos los colores. Porque lo más fácil no siempre es lo acertado. Porque lo complicado a veces es más atractivo. Porque lo atractivo no siempre tiene que ser bonito. Porque un “no” a veces es un sí y un sí a veces, es un no escondido. Porque no es oro todo lo que reluce, ni plata todo lo que no brilla. Porque comer a veces no quita el hambre y dormir no significa que descanses. Porque se puede soñar despierto. Porque estar rodeado de gente no significa estar acompañado. Porque a veces los ojos hablan más que las palabras, y porque a veces los silencios duelen más que las palabras.

martes, 1 de mayo de 2012


I am strong because I am weak. I'm beautiful because I know my flaws. I'm a lover because I am a fighter. I'm fearless because I have been afraid. I'm wise because I have been foolish. And I can laugh because I have known sadness.

Confiar, lo más bonito y lo más peligroso.

—¿Qué pasa si viene un coche? —Te mueres. —¿Qué? —Sólo relájate. 

Nos cuesta tanto confiar en los demás... Resulta muy complicado desde mi punto de vista, encontrar a alguien que confíe en ti de la misma forma en que tú puedas confiar en esa persona. Es difícil tirarnos al vacío y confiar, sin saber que abajo puede que nos espere alguien para cogernos o que no haya nadie, y te pegues la hostia del siglo. Pero es que si no hacemos eso alguna vez en nuestra vida, nunca sabremos en quién podemos confiar y en quien no. Hay que atreverse a dar ese paso, sabiendo que puedes tocar fondo, que puedes ser tracionado, que todo puede ir mal. Porque, ¿de qué sirve no arriesgarse? De nada. ¿Nunca habéis sentido la necesidad de tener a alguien en quien sin dudar sabes que puedes confiar, y que le puedes contar tu vida, tus problemas, tus penas y alegrías, y que sabes que no te va a dar la espalda sea lo que sea? Yo sí, siempre he tenido esa necesidad. Y en la vida, me he llevado muchas hostias, es verdad, pero no me arrepiento de nada. 
En el amor pasa igual, también se trata de confiar, tantas veces a ciegas. Se trata de conseguir el amor incondicional, querer del todo, o de lo contrario no querer nada. Querer a pesar de las consecuencias, de los sufrimientos y las meteduras de pata. Querer porque sí, porque juntando todas esas cosas resulta que lo bueno las supera a todas. Y yo la verdad, que me quedo con todo, con lo bueno y con lo malo.

MQEC

Llegar a clase y verla con esa carita, una veces regalando una de esas sonrisas tan suyas, sí de esas que contagian y acabas sonriendo tú también; otras, con esos gestos con los que pide que vayas, que estés con ella, que le des los buenos días y después, un abrazo bien fuerte. Eso para mí es de lo mejor que tiene, que te dice cuando no está bien, cuando necesita a alguien, o directamente no lo dice, se tira a tus brazos... ¿buscando qué? alguien a quien abrazar, alguien que la abrace, alguien que la quiera y, a le vez, alguien a quien querer. Ella no lo sabe, pero es que es quien hace todo especial, cualquier cosa, como un abrazo. Porque sino, ya me diréis por qué son sus abrazos los que curan, los que ayudan, los que hacen sentir bien. Si yo no soy especial, sólo queda que lo sea ella, para darles esa cosa que nadie sabe lo que es, que nadie lo conoce porque nadie ha estado en uno de esos abrazos tan suyos. Porque puede ser sintiendo alegría o tristeza, llorando o riendo, incluso gritando. Porque ella siempre está ahí, tanto en las buenas como en las malas. Ahora mismo me fijo en las malas, y me doy cuenta de que ella es la única persona con la que he compartido tantas emociones que tengo dentro. Ya ni me acuerdo de cuantas veces he llorado con ella, estando en sitios tan inimaginables, en clase, en mataleñas, en las llamas, en la playa, en secta... pero justo en esos mismos sitios también recuerdo que hemos pasado momentos de los buenos, de los mejores. 
Y es que ir a clase todos los putos días nadie lo aguanta pensaréis, bueno pues yo sí. No estoy loca ni nada, es sólo que hay veces que me apetece ir a clase, que hay días que he llegado de bajón y he acabado con la mayor sonrisa que sé, que tengo una suerte que debería dar las gracias más a menudo porque no sabéis lo que es llegar a clase y que allí esté una personita, toda feliz o toda triste, pero ahí. No sé qué sería de mí si no fuese así siempre, porque es ella quien puede subirme el ánimo, con quien puedo compartir las cosas buenas y malas, y porque a mí me gustaría ser tan buena para ella como lo es para mí. Porque estar en clase y que te llegue una notita así "Buenos días chiquitina! pd: no me la devuelvas que nos pillan", te saca sin querer una buena sonrisa. Esas cosas sólo vienen de ella, y todavía la guardo en el estuche, me gusta tenerla ahí, ese es su sitio.
Ella ya lo sabe, que es un componente esencial de mi vida. 

La felicidad, se comparte

Da igual vivir al límite, sin límites o como sea, qué más da si es a su lado. Qué más da porque las cosas y la vida no se miden por el tiempo que duran, sino por la intensidad con que suceden, por los momentos que te dejan sin respiración, por los instantes inmejorables, por los momentos con ellas. Qué más dará cómo vaya el mundo, esos momentos son únicos, son como regalos entre nosotras, son lo que se necesita. Algunos lo llaman amistad, pero para mí no es sólo eso, no se queda ahí, es la mejor de las amistades. Es dar sorpresas que no vengan a cuento, es querer estar ahí cuando se necesita, es no necesitar dar las gracias pero, aún así, darlas. Es saber que te puedes estrellar y caer, pero que va a haber alguien esperándote abajo. Es saber que puedes descargarte todo lo que quieras y que va a haber alguien dispuesto a escucharte. Es saber que haya alguien que no necesite nada para saber lo que hacer. Es saber estar en las buenas y en las peores. Es saber que sin saber nada, con ellas lo sabes todo. Es saber compartir, porque la felicidad no se consigue, se comparte.

Entero, el de siempre

¿Sabes? Es una especie rara, es alguien único, que no conozco del todo y a la vez siento que le conozco desde siempre. Es como si enseñara muchas facetas, pero sin el como. Cada vez voy descubriendo alguna nueva y mi objetivo es llegar a conocer todas y cada una de ellas, lleve el tiempo que lleve. No quiero acabar la vida no habiéndole conocido del todo, no sabiendo todo lo que piensa y el porqué de las decisiones que toma. No quiero tampoco que no llegue a conocerme a mí, porque ahora él a mí tampoco me conoce. Creo que necesitamos volver a conocernos los dos, y es lo básico, el primer paso cuando se quiere entablar un lazo de relación con alguien. Quiero hacer lo mismo de antes, que aunque cerrara los ojos sabía que le tenía allí, conmigo. Sabía también muchas más cosas, que las sigo sabiendo. Es que sé que soy la única que me entiendo a mí misma, porque nadie más puede saber cómo me siento cuando estoy con él y cuando no. Cuando le echo de menos y cuando le echo en falta. Cuando nos enfadamos y cuando después sin querer y queriendo se resuelve. Cuando me abraza tan fuerte y cuando se deja querer. Es que no sé por qué me pasa, por qué así al azar ha llegado hasta a mí y por qué me deja quererle. Pero tampoco quiero conocer esas respuestas, me gusta vivir así. Porque así es él, un cuarenta y dos de pie, aunque no venga a cuanto, no necesito buscar tantas preguntas a todo, porque luego imagina que no llegan las respuestas... ¿Sabes qué? Que me encanta como es, y no necesita más que ser él mismo para hacerme feliz. Eso es lo que me gusta, cuando es él, entero, el de siempre.