martes, 29 de julio de 2014

Once in a lifetime

The best kind of people are the ones that come into your life, and make you see the sun where you once saw clouds. The people that believe in you so much, you start to believe in you too. The people that love you, simply for being you. 

The once in a lifetime kind of people. 


Mis-tus-nuestros recuerdos

Y creo que nos acojona demasiado encariñarnos con alguien por si algún día se va y nos deja con esa mierda llamada recuerdos. Pero también creo que es mejor querer y después perder, que nunca haber querido.


"If you never try, you'll never know"



domingo, 27 de julio de 2014

El viaje sin retorno

No podría decirte qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta ya estaba metida hasta el cuello.

La gente dice "hay muchos peces en el mar", pero que os jodan, él era mi mar.


Fue ese viaje que debí dejar pasar, esa sonrisa de la que no me debí de enamorar, ese pasatiempos con el que no debí jugar. Que su entrega fue lo mejor que hasta el momento había conquistado, no lo negaré, pero no me advirtió que era un arma de doble filo. Que las comparaciones son odiosas pero no puedo evitarlo, y seguiré pecando de medirle respecto a otros, aunque sea para bien.
Nuestro problema no fue lo que callamos, sino precisamente lo que dijimos. La sinceridad la sobrevaloramos de tal forma que nos catapultó a la mayor de las mentiras.


Indecisión

Con demasiada frecuencia, la cosa que más deseas es precisamente la que no puedes tener. Desear nos rompe. Nos desgasta. Desear puede destrozar tu vida. Pero, por muy duro que sea desear algo, las personas que más sufren son aquellas que no saben lo que quieren.

domingo, 20 de julio de 2014

De las de verdad

A algunos se les escapa demasiado rápido un “esa es mi amiga”. Para mí, son los que no saben filtrar y tratar, significa que no valoran lo que es una amistad verdadera y lo que supone. Yo considero que conocidos tengo muchos, a puñados, unos más tratables, otros más especiales, pero lo que son realmente amigas, por las que haría cualquier cosa, las cuento con los dedos de una mano. Las cosas claras. Y si ya son transparentes, mejor. No es algo que trate a la ligera.
Y eso es porque las amigas verdaderas son tan difíciles de encontrar como dos gotas de agua idénticas. Es que no se encuentran todos los días. Ni todos los años. La buena amistad son años de confianza, momentos demasiado memorables y empujones acertados. Es conocerse hasta el punto de saber sus flaquezas y poder predecir sus movimientos. Es hacer terapia durante una ruptura sin importar las horas día tras día, y si es en una azotea con brisa veraniega mejor. Es luchar juntas contra viento y marea y lo que toque. Es saber que realmente va a estar ahí a pesar de las consecuencias porque te lo ha demostrado no una ni cien veces, sino infinitas. Y sobre todo, es saber que va a haber alguien que te diga “basta” cuando nadie más se atreve.

Para mí, una amiga te da la enhorabuena cuando has actuado bien y te pone los puntos sobre las íes cuando lo has hecho mal. Una amiga no te dirá la verdad así como así, en bruto y sin pulir, sino que sabrá pasarla a través de tus filtros más personales porque es la única forma en la que sabe que te calará bien. Porque te conoce casi mejor que tu madre. Una amiga no se limitará a desearte que las cosas “te vayan bonito” sino que participará activamente en tu vida, intentando mejorarla como Dios la haya dado a entender. A su manera, que es la que más aprecias. Ambas sabéis cómo son las personas con las que queréis acabar y, sí, veranearéis todos juntos. Es indiscutible.

Con una amiga, siempre tienes unos planes fijos que no harías con absolutamente nadie más. Te da igual. Es un tema inamovible y no negociable. Punto y final. Sería una profanación absoluta incluir a otra persona en ellos. Son momentos vuestros que necesitáis para seguir adelante. Una amiga es aquella con la que vas a un concierto, perdéis a todos para meteros en el mogollón y cantáis como un par de locas. Hasta puede que os emocionéis. Una amiga es la que te convence para ir a un festival de música, después de perjurar que jamás pisarías semejante lugar, y que cuando acabe darte cuenta de que te lo has pasado como nunca.

Una amiga es con la que eres capaz de hacer noche tras noche un mano a mano y no cansarte jamás. Y que cuando os despidáis se preocupa por que hayas llegado de un pedazo a casa porque el taxista tenía pinta rara y olía mal. Pero además de salir de fiesta, una amiga es aquella con la que puedes ir a conocer lugares nuevos. O con la que ir al bar de siempre, al que habéis bautizado con vuestro propio nombre, hasta tal punto que los demás os pregunten si estáis abonadas ahí. Sabes que a ella la puedes invitar a cualquier plan bajo cualquier circunstancia porque siempre será una más.

Una amiga es la persona con la que te quieres ir a vivir. Está ya pensado todo: la zona, cómo va ser el piso y el buen plan que es. La decisión no es casualidad sino fruto de la más pura de las estrategias elaborada durante años porque ya que estamos, hay que vivir al máximo. Que dicen que la vida son dos días, pero si conseguimos estirarlo a tres, las dos sabremos que hemos vencido.


La que es amiga te pregunta por tu familia, no solo por el rollito del momento. Se interesa por tu trabajo hasta el punto de investigar sobre la empresa en la que echas nueve horas al día e informarse sobre qué se dedica. Hasta se lee los artículos del periódico que hablan de ella.
Una amiga llega a un punto en el que se acaba aprendiendo tu número de teléfono para poder contactarte si se queda sin batería, porque eres vital e imprescindible. También te comentará después de haber ido de compras un par de cosas que ha visto que te gustarían porque se conoce tus gustos a la perfección, por muy distintos que sean de los suyos.
Una amiga no es la que te escribe a todas horas contándote su vida. No es necesario. Es la que te manda un “necesito hablar contigo” y comentáis el problema en el susodicho bar o simplemente os quejáis de la vida con una coca-cola (normal, porque sino nada tiene sentido) o sucedáneo de por medio. Es la que con una mirada te ha dicho todo y más.
Una amiga es la que te dice las cosas que no te gustan oír, por muy difícil que sea a veces. Que se preocupa por ti como lo haría una hermana, o incluso más, porque ya es familia. Que sabe lo que te pasa cuando tú aún lo desconoces. Que te escribe cuando os separáis porque lo divertido es comentar la quedada. Que pese al tiempo, la distancia y alguna discusión puntual, sigáis queriendo contaros todas vuestras novedades al más mínimo detalle. Que si una de las dos deja de fumar, pues jode porque el cafecito y el marujeo no serán lo mismo pero qué más da porque se disfruta igual.

La amistad verdadera no es como el buen vino, que sólo se saborea en la mejor de las ocasiones, sino que es como una botella normal y corriente, porque está ahí, dispuesta a ser abierta y disfrutada a cualquier hora en cualquier día.

"Lo que en la juventud se aprende, toda la vida dura"


       - Nada pasa porque sí.

jueves, 17 de julio de 2014

Cosas que hacer en la vida:

Nada dura para siempre: así que vívelo, bébetelo, ríete de ello, evita las estupideces sin sentido. Trabaja como si no necesitases dinero, quiere como si nunca te hubiesen hecho daño, y baila como si nadie estuviese mirando. Corre riesgos y nunca te arrepientas porque, en algún momento, todo lo que hiciste era exactamente lo que querías. 

A veces, para encontrarse, primero hay que perderse. 




Hay que saber elegir con quién complicarse la vida

Recuerda que donde esté tu corazón, ahí es donde encontrarás tu tesoro. Y tienes que encontrar tu tesoro para que todo lo que hayas aprendido a lo largo del camino cobre total sentido. 


lunes, 14 de julio de 2014

Cada uno elige

Está el tópico de esa carrera no tiene salidas” y luego la subnormalidad de que algunas carreras son de pinta y colorea.

Buenas tardes señores, vengo a hablarles de la dedicación y el trabajo, y del amor a una profesión. Vengo a hablarles de la vocación y del empeño. No tiene que ser una carrera de mucho libro y mucho apunte, ni una carrera con salidas, tiene que ser una carrera que te guste, y no basta con que seas bueno en ella, tienes que ser el mejor.

El mejor haciendo lo que te gusta es fácil y además gratificante. Mediocre en una carrera de “las de toda la vida” no lleva a ningún lado, por muy alejado del paro que esté el sector, aunque actualmente no se salva nadie.

Hay que dedicarse a  algo que te gusta, y si te gusta lo que estudias el resto está hecho. Si te gusta lo que estudias las noches en vela se hacen más amenas, y las prácticas divertidas. No por más libros y hojas para estudiar que tenga la carrera se considera más importante, porque hasta al más inteligente de todos, una cosa que no le atrae se le atraganta en la garganta.

Así que es hora de felicitar a todos aquellos que tuvieron las agallas suficientes para decir “yo quiero ser X porque me gusta”, felicidades a todos aquellos que se ven trabajando en lo que estudian en un futuro sin pereza y con ganas, felicidades a aquellos que no les importa “el que dirán”, felicidades a todas esas personas que se curran lo que creen que es importante sin desanimarse porque los demás piensan que es una tontería. Enhorabuena a los que lucharon por estudiar lo que quieren ante la cara de desagrado y pitorreo de la sociedad.



Y ánimo con los tópicos de “vaya carrera”, “eso es una tontería”, “estás perdiendo el tiempo o, y esta es mi favorita “yo tengo más cosas que chapar”. Tú mírales y sonríe, sonríe y piensa que tu futuro lo eliges tú.

Cómo no quererla

Alguien me dijo una vez, seré tu luna para iluminar tus momentos oscuros, cursi sí, pero verdad. Una amiga como pocas. Que siempre esta ahí. Que te dice las verdades a la cara, que te sorprende cuando puede, que tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Es la mejor. La puta ama, perdón por la palabra. ¿Sabéis que os digo? Que tengo suerte, suerte de las amigas que tengo, de esta jefa que ha decidido quedarse por mi vida y ayudarme a sacar lo mejor de mi misma. Una tía que vale millones, que muchos quisieran, pero no, sólo ella.
Ella, que me hace reír y llorar de vez en cuando la muy bruta.
Ella, que me hace de madre cuando es necesario y de payaso cuando lo necesito.
Ella, con la que comparto manos a manos, copa en cada una, noche tras noche, baile tras baile.
Ella, que pronto dirigirá una película sobre mi vida y mis problemas, que se los traga como agua la pobre.
Ella, que es como una hermana para mi.
Ella, que me ha enseñado las cosas buenas de la vida, y como sacarle el máximo partido a todo. 
Ella, que también me ha enseñado a cabrearme varias veces en menos de un minuto, pero eso ya es otro tema. 
Ella, que me ha enseñado lo que es el respeto y el cariño, y cómo conseguir siempre lo que se quiere partiendo de una sonrisa. 
Ella, que me obliga a salir de casa para alegrarme el día, o directamente viene a alegrarlo. 
Ella, que me ha enseñado que de malas solo tienes cosas que perder, y que de buenas todo lo que se recibe es estupendo.
Ella, que está siempre ahí.

Amiga en mayúsculas

Una amiga es la que te dice las cosas que no te gustan oír, por muy difícil que sea a veces. Que se preocupa por ti como lo haría una hermana, o incluso más, porque ya es familia. Que sabe lo que te pasa cuando tú aún lo desconoces. Que te escribe cuando os separáis porque lo divertido es comentar la quedada. Que pese al tiempo, la distancia y alguna discusión puntual, sigáis queriendo contaros todas vuestras novedades al más mínimo detalle. Que si una de las dos deja de fumar, pues jode porque el cafecito y el marujeo no serán lo mismo, pero qué más da porque se disfruta igual.

miércoles, 9 de julio de 2014

Un billete de ida


¿Sabes? La vida es como un viaje en autobús, algunos comienzan el viaje junto a ti, otros se montan a la mitad del camino, muchos se bajan antes de que llegues al final de tu viaje y muy pocos permanecen junto a ti hasta el final. Pero cada una de esas personas dejan algo en tu corazón, que recordarás a lo largo del viaje. Baja las ventanillas y disfruta del viaje, porque no sabes cuándo llegarás a tu parada. Gracias por haberte montado en algún momento en el bus de mi vida. Espero que nunca te bajes, y si te bajas nunca te olvides de mi. 


domingo, 6 de julio de 2014

Todo se acaba

It’s all about falling in love with yourself and sharing that love with someone who appreciates you, rather than looking for love to compensate for a self love deficit.”
- E. Kitt

¿Qué hacer cuando se acabaron las oportunidades? ¿Qué hacer cuando te das cuenta de que todo no salió como estaba previsto y que nunca será como soñaste? ¿Y cuando te la jugaste a un “todo o nada” y salió un enorme vacío, un agujero negro de los grandes?
Es fácil. Se apaga la luz. Se cierra el telón. Se acaba la función. Y te vas. No te quedas esperando a la salida a ver si hay suerte, ni compras entradas para el próximo pase. Te vas. 



No pretendo remover los fantasmas del pasado, ni tuyos ni míos, que esos están muy bien guardados en su cajón del olvido. Sólo quiero hallar la explicación de por qué algunos rizan el rizo cuando ya no hay ni un solo pelo del que tirar.
Yo quiero exponer mi teoría de por qué en momentos de soledad nos dedicamos a desenterrar aquello que ya está hasta lapidado. Creo que es por dos razones.
La primera, se confunde el estar solo con el estar soltero. Son dos cosas muy distintas. Soltero se puede estar a veces sí, a veces no, pero solo nunca. Siempre va a haber alguien que nos quiera, aunque no necesariamente de esa manera especial que buscamos. Siempre va a haber un hermano, un confidente, un superviviente. Siempre.
La segunda es el miedo, pero un miedo mucho más primitivo que el miedo a estar “solo”. Es un miedo idéntico al pánico que siente un niño cuando le dejan solo a oscuras. Es el miedo a lo desconocido.
Algunos son incapaces de vivir sin ningún tipo de ligue, por superficial que sea, porque es sinónimo de desconocer a quién poder acudir, a quién poder llamar o invitar a alguna fiesta, o a quién abrazar al final del día.
Y es que está todo al revés. Se pretende empezar a construir la casa por el tejado y las reglas del juego no están escritas de esa manera. He aprendido que cuando más se crece a nivel individual es en la soltería. Cuando más se conoce a uno mismo es en la soltería. Cuando más vas a por lo que realmente quieres (adivínalo) es en la soltería.
Que para aprender a querer a otra persona, hay que empezar por quererse a uno mismo. Que para elegir a la persona adecuada no hay que andar buscándola. Y que hay que replantearse lo que es estar con alguien de verdad. No salir o quedar o como se llame ahora. No. Estar. Con todas sus letras.
Estar significa que esa persona puede contar contigo para lo que sea porque tú siempre “estás”. Estar significa que no cambias de emoción como una veleta cuando sopla el viento, da igual que sea una brisilla o un huracán. Significa ser firme y cumplir. Significa compromiso, esa palabra que tanta alergia se le tiene hoy en día por el esfuerzo que implica. Estar es que puedan depender de ti, pase lo que pase. Es dar lo máximo, que es lo mínimo.
Y si tienes el compromiso de quedarte, también tienes, si se tuercen las cosas, el de saber irte. Todas las monedas tienen dos caras.

Repito. Es fácil. Se apaga la luz. Se cierra el telón. Se acaba la función. Y te vas. No te quedas esperando a la salida a ver si hay suerte, ni compras entradas para el próximo pase. Te vas. Porque todo tiene su momento y el hacerse mayor es aprender a dejar que las cosas caigan por sí solas en su lugar.

miércoles, 2 de julio de 2014

Que valgas cada momento

< No quiero que valgas la pena. Quiero que valgas el tiempo, que valgas las risas, que valgas los sueños, que valgas las palabras, que valgas las renuncias, que valgas los enfados, que valgas los cambios, que valgas cada momento >

Un final sin culpables

"Dejémoslo en que ninguno de los dos tiene la culpa de que no sueñe con él por las noches". Y que tiene razón, ¿qué culpa tiene ella de que no lo pueda querer como quiso a otros?, aunque le de todo lo que él puede darle, hay heridas de idiotas que no se olvidan aunque te claves clavos en cada uno de tus lunares. Que la nostalgia es lo más productivo que nos ha pasado a todos, pero que no siempre es rentable, que hay lágrimas que ahogan y lágrimas que secan la sed que dejan los desastres. 

Yo sé que tú querías querer a todos con amor en bruto, de ese que deja "casa" como si hubieran pasado miles de huracanes. Pero que no se puede morir por todos igual, que aunque sea la misma sangre no todas las heridas sangran la misma cantidad, y que hay muchas formas distintas de darles puntos a los cortes. Y que se hace rutina extrañar a menudo, ir mejorando y que el corazón ya solo duela cuando late, que hay conversaciones en stock para ti, cuando no sepamos cómo salir. 

La pasión no se pierde con los años, se pierde con los daños, y es jodido encontrar a alguien que ponga patas arriba tu mundo, que haga ver las cosas a ciegas, y que te haga saltar desde todas las azoteas de las que él se quiera lanzar. 

No vuelvas a decir que no te enamoras para no llorar, porque me pienso beber hasta la última gota que me acabe de ahogar.