martes, 24 de diciembre de 2013

Be happy

La Navidad depende de cómo la mires: desde la inocente ilusión de un niño, la necesidad de descanso de un currante, o la arrulladora angustia de una persona solitaria. A veces olvidamos que, por desgracia, no lleva de la mano la palabra "Feliz" para todos.
Yo, al igual que la mayoría supongo, la entiendo como esa época del año hecha para reunirse con los tuyos, para estar junto aquellos que quieres y recordar a los que ya no están. Definitivamente, la Navidad está hecha para echar de menos.
Llegar al final de otro año implica recapitular todo lo vivido y hacer balance de daños: los que se fueron después de tanto, los que se quedarán a pesar de tan poco, los de "easy come, easy go", y los que siguen ahí por todo lo vivido. Y caes en la cuenta de que abrazos de más de 30 segundos casi no quedan, que lo mejor de las cañas es el último sorbo, y que no somos conscientes de todo lo que tenemos, por esa estúpida costumbre de centrarnos en lo que nos falta. 


Cuida lo que tienes porque quizá un día ya no lo tengas, y una Feliz Navidad para todos.


lunes, 16 de diciembre de 2013

Regalando felicidad

Y yo me pregunto cómo un simple anuncio de Coca-cola puede hacerme pensar tanto. Sí, con esos vídeos super positivos en los que siempre tiene que ver la felicidad, las sonrisas, el hacer cosas por los demás... No sé de quién habrá sido idea o si de surgió por alguna de las casualidades de la vida, pero a mí me animan mucho, todo hay que decirlo. Puedo pasarme tardes enteras viéndolos, a cada cual que encuentro, más bonito.

Bonito es que haya gente en el mundo que se preocupa más por sacar sonrisas a los demás que de mirar su propio ombligo, de alegrar el día a otra persona aunque el suyo haya sido una mierda, de ayudar a un desconocido, de regalar un poco de su felicidad vaya donde vaya. 

Eso sí que es bonito, y lo demás son tonterías.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Siempre con una sonrisa en el bolsillo

Ella siempre lleva una sonrisa en la cara, y otras mil en el bolsillo. Le encanta picarme, decirme las cosas al contrario de cómo las piensa, y cómo no, estar un segundo después abrazándome. Esa es la mejor parte. Porque no aguanta, porque lo sé. ¿Os lo podéis creer? En un minuto somos capaces de haber pasado por mil piques y mil y un momentos de abracito. Ese puede llegar a ser el gran nivel de retraso que tenemos. Y qué felices somos así, ¿o no? Cada día que pasa, cada vez que voy madurando poco a poco, me voy dando cuenta de que la vida son los pequeños detalles. Es vivir y disfrutar de los momentos, aprendiendo de las personas que tengo a mi alrededor. Porque cada día el tiempo pasa más rápido y las personas se van con él, así que hay que saber con quién quedarse. Y esta canija ha conseguido que de la nada haga todo. Así de sencillo. 

Igual no encuentro las palabras exactas para describirlo, para que con lo que digo otras personas sean capaces de ser feliz con cosas tan simples, como lo soy yo. O igual, simplemente hay que toparse con la persona adecuada, y no haya nada más que hacer que dejarte guiar por ti mismo. Esa persona que no hace falta que pasen los años para saber que va a estar siempre ahí; que no necesite darte mil razones para confiar en ella, porque desde que la conoces sabes que puedes; que piense lo mismo que tú. Quizás esto último sea lo más importante, ser tú lo mismo que piensas de esa persona. Y eso se consigue pocas veces en la vida, creedme. Seguramente que a lo largo de una vida se conozcan a muchas personas y todas ellas puedan llegar a hacerse indispensables, cada una a su manera. Pero yo hablo de otra cosa. Sabía que no iba a saber explicarme, pero aún así he seguido escribiendo... Vamos a ver, hablo de una amistad, una de esas de verdad, alejada de los malditos intereses con los que la gente se empeña en convivir. 


Hablo de nuestros viajes de fin de carrera, del viaje a la Riveira Maya que tenemos pendiente de hacer, de la privada que vamos a montar juntas, de tu ahijada, de hacer la llamada de rigor todas las noches durante nuestra vejez... 

A decir verdad, me sobran muchas palabras, porque con haber escrito eso último, a mí me bastaba. Pero quería poder explicártelo a ti, y conseguir sacarte alguna que otra sonrisa.

Y no podía faltar el refrán de tu santo: 
"que me conserves la risa", que la vista ya la tengo fastidiada. 

Fdo: El pequeño koala

jueves, 12 de diciembre de 2013

A mi pesca

A la que siempre me escucha, a la que llora conmigo, a la que se ríe de mí y sonríe conmigo, a la que es más achuchable que cualquiera de mis peluches, a la que tiene la sonrisa más bonita del mundo entero, a la que tiene esas manías que la hacen tan especial, a la que no calla, a la que ha tenido sus épocas rebeldes, a la que si no va impecable no sale de casa, a la que me hace feliz, a la que es de cristal pero tan de hierro a la vez, a la que puede con todo, a la que es una pedazo de pesca, a la que vive de sueños, a la que lucha por lo que quiere, a la que me mandaba notitas en clase, a la que me hacía tan feliz verla todos los días a todas horas, a la que mejor hace SR de la ciudad, a la más grafitera, a la única secta a la que quiero pertenecer, a la que es un conguito en verano y un copito en invierno, a la que se hace querer, a la que os hunde a todos en una discoteca, a la que le gusta coger el puntillo, a la que le gusta descargar con una buena cerveza y un cigarro, a la que disfruta con paseos agarrada del brazo, a la que se muere si le faltan los abrazos, a la que llegó y no se va a marchar nunca, a la que le hace ilusión todo, a la que le bastan sus tacones y su pintalabios para comerse el mundo, a la que es así, tan ella, tan deja huella; a la chiquitina más especial, a la que me anima con todo en cualquier momento, a la que se le pegan mis canciones, a la que mete goles por la puerta de salida, a la adicta al chocolate, a la que prefiere enseñar una sonrisa a una lágrima, a la que le puedo contar lo que sea que sé que me va a entender, a la que siempre tiene un plan, a la que es fan fan fan del color rojo, a la que le encantan los gorritos, y los pendientes, y los conguitos, y mis magdalenas, y los bolsos, y las gambas, y las croquetas, y los anillos, y sobre todo que la hagan reír; a la que va a conseguir todo lo que se ha propuesto, a la que confía en su intuición y siempre acierta, a la que hace todo con amor, a la que sabe de sobra que las cosas merecen la pena aunque no sean fáciles, a la que hace todo menos cuesta arriba, a la que ante todo nunca se olvida de sonreír. A la que nunca falla. Resumiendo, a la que siempre está ahí, siempre. A la que quiero mucho más de lo que cree, mucho MQEC, por mucho mucho mucho más tiempo nos queda juntas. 

A la que se escabulló de celebrar sus 18 conmigo, esta vez no se escapa. 

A la que va a cumplir muchos más, a la que me verá cumplir muchos más. 

A la que le queda mucho por celebrar conmigo, a la que todavía le quedan infinitas cosas por vivir. Porque la vida son esos pequeños detalles, con los que tú y yo disfrutamos como nadie. 

FELIZ CUMPLEAÑOS ENANA. ENANA, PERO ENORME. 


sábado, 7 de diciembre de 2013

Que las mentiras no falten

Nuestro verso siempre estará roto, lleno de espinas de asfalto, cristales rotos por el suelo, y cuchillos oxidados.
Dejamos pendientes estribillos ya escritos antes con buena letra y cantamos en silencio dos estrofas diferentes llenas de nombres vacíos que se llevaba el tiempo. Quién sabe si en tu agenda seguirá escrito mi nombre sin tachones de arrepentimiento, de frustración o de enfado. Quién sabe si es tarde para pedir perdón o pronto para volver a verme. Que sé que no todo lo cura el tiempo, que hay cicatrices demasiado intensas y dolores demasiado fuertes. Los dos lo sabemos. 
Que hay verdades que duelen más que mil mentiras.
Sólo he venido a decirte que en mi agenda sigue siendo veintitrés de diciembre. Que sigo siendo igual que entonces, siempre con la sonrisa a cuestas y mil caricias preparas. Pero ya no quemo en distancias cortas, ni el largas. Ya no caigo tan fácilmente en mis errores de siempre. Que parece que me voy encontrando, que voy abriendo los ojos a la realidad que tanto disfrazas. Nunca es tarde para darse cuenta de que uno ha sido engañado; nunca es tarde para aceptar que uno ha estado equivocado.
Sólo el tiempo dirá. Si las cosas quieren volver a su sitio, volverán. Pero está claro, que solas no vuelven.
Y nada más que un consejo: No te agarres en las curvas, levanta las manos y grita. Porque de mientras, podemos estar sacando una foto para que algún día quede al menos el recuerdo de nosotros pilotando aquella historia de dos chicos sin miedo a quererse, y sin miedo a ser felices.

hey, YOU


jueves, 5 de diciembre de 2013

Para qué sirve una hermana

Una hermana sirve para que escuches lo que nadie se atreve a decirte. Para que aprendas a debatir entrenándote, por ejemplo, en discusiones por usar el coche paterno. Para acompañarte de compras el día más frío del año y hacer colas enormes para que tú sigas probándote vestidos de Fin de Año. Para compararte en lo bueno y también en lo malo. Para que ejercites tu paciencia cuando vuelve a desordenar el armario. Para recordarte cómo fuiste a su edad o para hacerte una idea de cómo quieres ser a la suya. Para dejarte ropa. Para pedirte pitis. Para echarte en cara cosas tontas y criticarte donde más duele cuando menos te lo esperas. Para animarte un domingo pocho compartiendo Solo en Casa con palomitas.

tumbl

Una hermana sirve para enseñarte novedades que no conocías en el ordenador y hacerte sentir vieja. Para vacilarte por Whats app. Para hacer que un plan de hospital sea más llevadero. Para presentarte a los amigos de su novio. Para pedirte dinero. Para dejarte dinero. Para quedarse los regalos que a ti no te gustan. Para acompañarte a Ikea cuando nadie quiere. Para inventaros juntas canciones sobre el resto de familiares (si estás alterada tomate una valeriana). Para robarte un trozo de tarta que habías cocinado toda la tarde para llevar a un cumpleaños. Para que te de pena irte de casa. Para que te regale algo porque te pega todo. Para llamarte pringada y que te lo creas. Para guiñarte un ojo en los eventos familiares embarazosos. Para decirte que vas vestida como una golfa y días después copiarte el look.  Para cantar en el coche sin que te de vergüenza. Para que tus amigos se den cuenta de lo mayores que son “¿Tu hermana se ha ido de Erasmus? pero si hace dos días iba a preescolar”. Para hacer bromas de la familia común donde os ha tocado nacer. Para criticar a los novios que tengas y luego acabar queriéndolos más que tú. Para ponerte motes. Para que vuelvas a leerte un libro de Celia si es más pequeña. Para entrenarte para cuando tengas hijos.

Vogu

Para tomarle el pelo diciéndole que es adoptada y la encontraron en el cubo de basura. Para aprender que se puede estudiar toda una noche y aprobar. Para ver a tus padres hacer de padres como un espectador. Para descubrir que hay gente que cura heridas repugnantes de los demás porque le gusta. Para defenderte delante de tus padres. Para acusarte delante de tus padres. Para quemar nubes con un mechero a escondidas. Para tener conversaciones extrañas en la cocina a medianoche. Para que pierdas la vergüenza contando cosas patéticas que te han pasado, hablando de litera a litera. Para que te cuente anécdotas de los profesores del colegio y ver que ninguno ha cambiado. Para sacarte de quicio y volver a sentir esa rabia tipica de hermanas: “Te mataría”. Para conducir con alguien la primera semana de carné cuando tu madre aún te teme y tu padre se pone nervioso. Para consolarte sin hacer muchas preguntas sobre lo que ha pasado. Para que te reafirmes en tu idea de que Pablo Alborán es una pesadilla. Para que ejercites tu creatividad ideando mil formas de derribar una puerta cuando se cuela en el baño con este susodicho a todo volumen. Para darte cuenta de que la vida no hubiera sido igual de divertida si no hubiera nacido. Para todo.

FROM: My little pleaschhures