jueves, 29 de marzo de 2012

Quiero aprender de la vida, quiero salir por las noches y volver a casa a las 9 de la mañana y con borrachera. Quiero caerme quinientas cincuenta mil veces y levantarme unas quinientas cincuenta y dos veces, porque es mejor estar en lo alto que no en lo bajo. Quiero querer de verdad, no importa lo que pase después. Quiero aprender de mis errores como también de mis aciertos, quiero aprender a no ser monótona, y no aburrir a la gente, decir basta, no quiero mas, déjame en paz. Quiero sobretodo aprender a vivir ahora los momentos más bonitos de la vida y escribir en un diario secreto todos mis problemas y soñar como una niña. Y después de darme todos los tortazos de la vida, madurar y asentar la cabeza.



Conozco el dolor, y la horrible sensación de echar de menos

Soy de esas que llegan media hora tarde y sonríen mientras piden perdón. De las que hace la maleta cinco minutos antes de salir de viaje. De las que piensa que el orgullo es lo último que se pierde, pero que hay que saber ceder. Que llevo el móvil en el bolsillo y que pierde los nervios cuando está en manos de otra persona. De las que un día parecen y son una de las personas más felices del mundo y al día siguiente quisieran no levantarse de la cama y dejar afuera el mundo. De las que de un simple día malo, sacan mil problemas más que te hacen sentir más hundido. Lo sé, podría tirarme días enumerando defectos. Pero llegaría a la misma conclusión de siempre: soy así y por suerte o desgracia, no puedo cambiar.

Mejor ser elefante que mosquito

Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas a borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuantas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase "comenzar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? Serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez. Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los abrazos mas cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa mas esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos recuerdos? Dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera.

¿Vale realmente la pena perder la memoria?

No miro las etiquetas de la comida para saber cuánto voy a engordar. Soy incapaz de pasar una semana sin tomar nada que no lleve salado o dulce y no voy a la peluquería una vez al mes para tener una preciosa melena de barbie. Reconozco que soy muy vergonzosa y me pongo nerviosa a veces, sobre todo cuando te acercas. No soy precisamente el modelo de hija ideal, muchas veces mi habitación está hecha un asco y provoco grandes problemas, tampoco soy la hermana perfecta, pero con un par de gritos funciono a la perfección. Nunca estoy quieta, me encanta reírme y no es nada difícil sacarme una sonrisa. Me gusta la moda aunque a veces no lo parezca y me gusta más el día que la noche. Cuando camino por la playa, a mi también se me mete arena en los zapatos, porque yo también soy persona, y si me pinchas, sangro. Pero eso sí, soy única en mi especie y eso me encanta.

Tocar el cielo no es el límite

Y llega de repente, sin importarle el país en el que te encuentras, ni el idioma que hablas. Cuando menos te lo esperas, surge y te lleva por delante, sin que puedas reaccionar. Con él, cambian tus prioridades, y él y yo, se convierte en un nosotros, porque, como alguien dijo alguna vez, si dos personas se quieren, no se miran el uno al otro, miran en la misma dirección.



domingo, 25 de marzo de 2012

Es ilógico, sin querer, lo que se termina queriendo.


Despacito y con buena letra.

Cuando las cosas cambian, solo hay que tratar de buscar nuevos caminos, nuevos métodos. Buscar un punto medio que nos sostenga. Buscar el equilibrio, seguir adelante y no mirar atrás.


Aquí estoy, recordando viejos recuerdos que juramos alcanzar.

¿Sabes eso de que besas a alguien, cierras los ojos, te imaginas con esa persona de viejos y no te da miedo? ¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes? ¿Hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente, cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante? ¿Hasta el punto de tirar tu felicidad por la borda sólo para conseguir la suya?

Si la felicidad no existe, pues yo me la invento.

Prometo dejar de pensar que si huyo de mí, el mundo será un poquito más ameno. Prometo esperar a que todo tenga un final antes de darme por vencida. Prometo dejarte caminar por mis pensamientos, que habiten mis silencios y que no dejen de  susurrarme cosas al oído. Hacer de mis derrotas victorias disfrazadas y disfrutar de ellas, ver que las cosas difíciles son las que merecen la pena. Que los sentimientos más puros no son aquellos que se gritan a los cuatro vientos. Que no vale arrepentirse de nada, porque todo sucede por alguna razón. Porque hay cosas del corazón que la razón no entiende.

Estás aquí para ser feliz, no para sufrir.

Seguir adelante duele, claro que duele, pero es necesario. Es cierto que los recuerdos nos invaden de repente, sin quererlo, incluso cuando menos lo esperamos o simplemente a rachas, pero llega un día, y créeme que llega, en el que nos damos cuenta de que la vida, los buenos momentos son nuestros y de nadie más, llega un día en el que te despiertas y sonríes por tí, y solo por tí. Sabes de sobra que has amado, defendido y luchado por algo hasta el punto de no querer soltarlo y ahora... has tocado fondo y te es imposible olvidar. Yo simplemente diría que se tratra de superar, no de olvidar; superamos al pensar que tenemos cosas mejores junto a nosotros, y que aquello no era tan valiosos como parecía. Cuando algo así ocurre únicamente debe hacernos más fuertes. Recuerda siempre aquello de está permitido caer pero levantarse es obligatorio.

 Posdata: Porque es más fácil decir a los demás las cosas que debería aplicarme a mí misma. Y yo no soy fuerte, pero si intento serlo es porque ella me hace creer que puedo. Ella levanta una torre desde el cielo hasta aquí, me regala unas alas y me ayuda a subir a toda prisa. Me dice que sonría, y sólo ella sabe que detrás de las lágrimas ahí acaba saliendo, pequeña sonrisa, pero de las de verdad.

Que le den por culo al mundo.

Haz caso al SENTIMIENTO: siente y miente.


viernes, 23 de marzo de 2012

Para mí, es lo indefinido.

El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.

William Shakespeare, quiero ser como tú.

"Yo siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. La vida es corta, por eso ama la vida. Sé feliz y siempre sonríe. Sólo vive para ti y recuerda: Antes de hablar, escucha. Antes de escribir, piensa. Antes de herir, siente. Antes de odiar, ama. Antes de rendirse, intenta. Antes de morir, ¡VIVE!".

jueves, 22 de marzo de 2012

Flight high of a love, drunk from the hate.

Now I know we said things, did things that we didn't mean and we fall back into the same patterns, same routine, but your temper's just as bad as mine is, you're the same as me, but when it comes to love, you're just as blinded. Baby please come back, it wasn't you, baby it was me maybe our relationship isn't as crazy as it seems. Maybe that's what happens when a tornado meets a volcano. All I know is I love you too much yo walk away though. Come insideick up your bags off the sidewalk, don't you hear sincerity in my voice when I talk. Told you this is my fault, look me in the eyeball, next time I'm pissed I'll aim my fist at the dry wall. Next time... there will be no next time, I apologize even though I know it's lies, I'm tired of the games I just want her back, I know I'm a liar if she ever tries to fucking leave again I'm ‘na tie her to the bed and set the house on fire.


domingo, 18 de marzo de 2012

No soy nadie especial.

Solo soy un chica corriente con pensamientos corrientes. He llevado una vida corriente. No me han hecho ningún monumento y mi nombre pronto quedará en el olvido. Pero según cómo se mire he tenido mucho éxito como muchas otras personas en la vida. He amado a otra persona con todo mi corazón y eso para mí siempre ha sido suficiente.

sábado, 17 de marzo de 2012

KEEP THE BEST AND FUCK THE REST.

Ese insomio que te entra cuando menos lo necesitas.

Esa sensación de estar malagusto, de encontrarte mal, de estar de bajón. De seguir bajando. De estar en una bici con los frenos rotos y cuesta abajo. Que te agobias, que te agobian, que agobias a los demás. Que sientes algo, pero no sabes muy bien el qué. Que te quedas atrás, que las cosas a tu alrededor cambian, las personas evolucionan, son felices y siguen con sus vidas. Tú no quieres ver la realidad, estás estático, no puedes seguir. Estás ahí, sin estar, no porque quieres, es lo que toca. Que los demás se vuelquen en el presente, en el futuro, y tú sigues atrapado en el pasado, vives de recuerdos, peleándote con el presente. Y eso, no es vida. Te ayudan, los que lo intentan. Te dejas ayudar, a veces, ¿pero para qué? No hay solución para eso. Es cosa tuya, contigo mismo. Te dicen que no cierres la puerta, que la dejes abierta... Ojalá pudieras, pero no tienes poder sobre esa puerta. Está cerrada y tú no tienes la llave. Alguien tiene que encontrarla, abrirla y no volverla a cerrar. Eso es lo que esperas, que alguien la abra por ti, porque tú solo no puedes. El problema es que quieres que la abra una persona en especial, que sabes que no lo va a hacer. Porque es inexplicable y nadie puede entenderlo. Solamente tú mismo, a veces ni eso. No existe consuelo, sólo existe fuerza de voluntad y amor propio. No necesitas ayuda, necesitas apoyo. No necesitas compasión, necesitas cariño. No necesitas distracción, ya tienes bastante en tu cabeza. No puedes estar bien, pero puedes fingirlo. Por los demás. Porque es esa sensación. Es la que deseas con todas tus fuerzas que se vaya, desaparezca y no vuelva en mucho tiempo. Porque hay que apretar los frenos a tope, para que la bici se pare. Eso es lo que necesitas, parar y tener tiempo para pensar, y sobre todo para encontrarte contigo mismo. No intentes demostrar nada a nadie, demuéstratelo a ti mismo. Que quieres intentarlo, que quieres aprender a ser feliz.

LA PIRÁMIDE DE MASLOW.

En el colegio nos explicaron la teoría de un sociólogo, un tal Maslow, que decía que todos buscamos las mismas siete cosas en la vida. Él lo llamó la jerarquía de las necesidades humanas. Lo primero que buscamos es la supervivencia, la salud que nos permita seguir viviendo. Lo segundo es la seguridad, sentirnos protegidos, a salvo, en nuestra casa. Después está el amor. Según Maslow, nadie puede vivir sin tener amor o sin buscar amor. La cuarta es el respeto, que los demás valoren lo que hacemos, nuestras decisiones aunque nos equivoquemos. Le sigue la necesidad de entender, de conseguir explicar por qué la gente toma decisiones que nos duelen. La penúltima necesidad humana es la estética o espiritual, sentirnos parte de algo especial y único. El plan perfecto de nuestras vidas. Y la última, la autorrealización, intentar encontrar nuestra auténtica naturaleza, lo que somos. Pero Maslow no tiene ni idea de lo que es estar abrazada a ti, así que se puede meter su teoría por donde le quepa, porque lo único que buscamos todos en la vida, lo único, es ver a la persona que queremos cuando abrimos los ojos por la mañana.

Sonríe, por favor.

Me gusta su lunar en la parte superior de la nariz. Porque me sé cómo se ríe, y como canta su canción preferida, sé dónde hay que tocarle para que le duela, y dónde para hacerle cosquillas, para disfrutar. Me sé dónde tiene su lunar más bonito, me sé cómo sonríe, y cómo agacha su mirada cuando no te quiere ver. Me sé cómo se enfada, cómo se pone contra el mundo. Cada una de sus movidas, de sus peleas, de sus amores. Me las sé, pero también me sé cada sonrisa producida, cuando sonríe por mí y cuando no, cada canción que escucha, sus aventuras... Me sé su mejor secreto y su secreto más oscuro, pero también me sé dónde hay que besarle para demostrarle que le quieres. Me sé cada rincón de su habitación, de su casa y de su corazón. Me sé sus comidas de cabeza, sus preocupaciones y su manera de ser. Me sé cuando se pone serio, y cuando se pone payaso y cuando se pone niño, niño otra vez. Me sé cómo le gusta querer, proteger a quien quiere, ser el mejor de los consejeros. Cómo tiene respuestas para todo, y cómo dice lo que siente sin pensar en las consecuencias. Me sé su lugar favorito, su manía por la soledad, su entusiasmo por enseñar. Me sé su forma de andar y de dar la mano, de dar los mejores abrazos del mundo, de enamorarme con tan sólo mirarle a los ojos. Me sé más cosas de su vida que yo de la mía, y por eso le quiero. Le quiero con cariño, no es querer por querer. Le quiero como persona, no como posesión. De corazón, no de cabeza. Le quiero sin querer, y queriendo. Le quiero con amor y sin rencor. Su amor lo guardo entre los buenos recuerdos, no entre los malos. Le quiero, aunque no quiera. Le quiero con locura, le quise con deseo, con ternura y certeza a la vez. Le quiero como el primero, no como el último. Como es, como el chico peca, como un pesca de los grandes. Le quiero como amigo, como confesor, compañía, respaldo. Como es. Como lo que fuimos, como lo que somos. Como lo que toque. Pase lo que pase. Porque le quiero con cariño, eso es lo más importante. Porque haría cualquier cosa, con tal de verle feliz. Porque dicen que pronto y bien rara vez juntos se ven. Yo digo que si la felicidad no existe, me la invento. Y me la voy a inventar, para él.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Kayrós.

Búscate a alguien que se le cae el mundo si discutís, que te abrace muy fuerte, tanto que sientas que el mundo se para. Búscate a alguien que te bese en los semáforos, y que después, quiera lanzarse contigo bajo las ruedas de un camión. Búscate alguien que te mire de reojo y sonría, que piense en ti siempre. Búscate a alguien que te haga reír hasta llorar y que a la vez te haga reír cuando no puedas parar de llorar. Búscate a alguien que te cubra con una manta cuando te quedes dormida y que te mire y nunca se canse... Búscate alguien con el que no te haga falta hablar para saber lo que piensa, para saber que eres su mundo y que al fin y al cabo él es el tuyo. Búscate alguien que te haga sentir única, que te haga sentir la chica más afortunada del universo, sólo por el simple hecho de tenerle. Pero sobretodo búscate alguien que no tema gritarle al mundo que te quiere. Que no le haga falta perderte para darse cuenta de lo que ha encontrado. No busques más, busca simplemente a alguien que te quiera por encima de cualquier pero...

domingo, 11 de marzo de 2012

Quizás el amor sea una decisión, la decisión de jugártela por alguien, de entregarte sin pensar si te va a corresponder, si te va a hacer daño o si es el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges.

Pero, ¿cómo puede estar con él?

El corazón tiene razones que la razón no comprende. "¿Por qué me enamoré de este hombre con lo loco que está?". "¿Por qué me gustan los hombres que no me entienden?". Frases como estas señalan las contradicciones que se producen a veces en la elección amorosa. Pero, ¿cómo elegimos a nuestra pareja? El impulso amoroso es un enigma, parece que tiene vida propia porque se manifiesta como si fuera ajeno a la voluntad de quien lo siente. Cuando nos embarga un impulso amoroso hacia otra persona no hay reflexión ni argumentos, y la cabeza sólo registra lo que le manda el corazón. La atracción entre dos personas depende de cómo se combinen sus condiciones eróticas. La dirección de sus desos es lo que les lleva a elegir, y suponen que lograrán ese ideal con la ayuda del otro. A esto se una la evocación de experiencias que dejaron en su memoria inconsciente un poso de placer. A veces puede enamorar una forma de caminar, unos ojos, una voz... cualquier rasgo físico o mental. Y eso se produce porque tales rasgos están asociados a alguien que amamos en los primeros años de nuestra vida. Los encuentros amorosos en la edad adulta son, en parye, reencuentros con los misteriosos lazos que nos unen a nuestros primeros objetos de amor: madre, padre, hermanos u otras personas. Si todo fue bien, el afecto y la ternura quedaron enlazados y aprendimos a querer. Con las caricias, las miradas, las palabras y las atenciones de las que fuimos objeto, o quizá dejamos de serlo, organizamos una red de apetencias y deseos que nos hacen elegir a una persona u otra, por semejanza u oposición a modelos internos que influyen en nuestra vida afectiva. Si hemos tenido complicaciones en nuestro mundo emocional hasta la adolescencia, puede ser que la elección parezca incomprensible, pero siempre encierra una lógica.

Con s de sonrisa.

Su egocentrismo. Su hipocresía. Su manera de hacer, de hablar, de ser. Sus maneras de chulito. Su cuerpo que intenta parecerse a los modelos masculinos, esos de revista. Su "toca, mira qué bíceps". Que no lo intentes, que no lo consigues. Me saca de quicio. Su forma de andar, de mover las manos. Son características que al fin y al cabo, definen, nada más. Pero amigo, hay algo más importante, lo sabemos los dos, que las cosas buenas nunca cambian. Las fachadas en cambio, sí que lo hacen. Unas se deterioran, otras mejoran. Así es la vida. Aparentar no siempre ayuda. Ayuda, pero no resuelve. Te hace el camino más fácil, pero a la larga, el doble de difícil. Me conoce, porque me sigue haciendo reír. Me hace sentir observada. Me hace observar. Se engancha, a mí intenta engancharme. Una "caricia", una sonrisa cómplice. Un "quieres". Un "te respeto". Un "haces bien". Un abrazo. Un beso de mejilla, con sentimiento. Otro abrazo, más palabras. Un "cabrón". Un "cabrona". Se ablanda, yo me despisto, y me ablando. Dejarse llevar, no es ni una opción. Reacciono y me deja. Otra promesa, otro sentimiento. Un "volverás". Una negación afirmativa. Negación que niego, negación que afirma. Un interrogante, una duda, una aclaración. Sentimientos que sin querer sienten, que van solos. Puede. Amigos como siempre, amigos como nunca. Eso dice, luego cambia... Y a la mierda. Me odia, y le odio. Me mataba, y yo a él, le mataba. Un "no me importas". Un "qué me importa saberlo". Me insulta, y le insulto. Me protege, a su manera. Le protejo, le excuso, le soporto, no me cuesta. Me espera, y vamos juntos. Me habla, y le discuto. Vuelve a ser él mismo, pero no vuelvo a ser yo misma. Vuelve al pasado, pero yo sigo en el presente. Me camela, o lo intenta, y no me dejo. Me arrepiento, ¿o hice bien?, me ablando, como siempre. Y él, se endurece. Polos opuestos, pero iguales. No se pueden atraer, pero lo hacen. No es posible, pero lo es. No quiero, y quiero a la vez. No quiere, pero quiere. Lo niega, y lo niego. Son objetivos distintos, para qué engañarse. Yo, que busco amor. Él, que no sabe bien lo que busca, o sí, quién sabe. Lo que sé es que ahí se queda, así que baja los pies a la Tierra, que no eres Superman.