domingo, 11 de marzo de 2012

Con s de sonrisa.

Su egocentrismo. Su hipocresía. Su manera de hacer, de hablar, de ser. Sus maneras de chulito. Su cuerpo que intenta parecerse a los modelos masculinos, esos de revista. Su "toca, mira qué bíceps". Que no lo intentes, que no lo consigues. Me saca de quicio. Su forma de andar, de mover las manos. Son características que al fin y al cabo, definen, nada más. Pero amigo, hay algo más importante, lo sabemos los dos, que las cosas buenas nunca cambian. Las fachadas en cambio, sí que lo hacen. Unas se deterioran, otras mejoran. Así es la vida. Aparentar no siempre ayuda. Ayuda, pero no resuelve. Te hace el camino más fácil, pero a la larga, el doble de difícil. Me conoce, porque me sigue haciendo reír. Me hace sentir observada. Me hace observar. Se engancha, a mí intenta engancharme. Una "caricia", una sonrisa cómplice. Un "quieres". Un "te respeto". Un "haces bien". Un abrazo. Un beso de mejilla, con sentimiento. Otro abrazo, más palabras. Un "cabrón". Un "cabrona". Se ablanda, yo me despisto, y me ablando. Dejarse llevar, no es ni una opción. Reacciono y me deja. Otra promesa, otro sentimiento. Un "volverás". Una negación afirmativa. Negación que niego, negación que afirma. Un interrogante, una duda, una aclaración. Sentimientos que sin querer sienten, que van solos. Puede. Amigos como siempre, amigos como nunca. Eso dice, luego cambia... Y a la mierda. Me odia, y le odio. Me mataba, y yo a él, le mataba. Un "no me importas". Un "qué me importa saberlo". Me insulta, y le insulto. Me protege, a su manera. Le protejo, le excuso, le soporto, no me cuesta. Me espera, y vamos juntos. Me habla, y le discuto. Vuelve a ser él mismo, pero no vuelvo a ser yo misma. Vuelve al pasado, pero yo sigo en el presente. Me camela, o lo intenta, y no me dejo. Me arrepiento, ¿o hice bien?, me ablando, como siempre. Y él, se endurece. Polos opuestos, pero iguales. No se pueden atraer, pero lo hacen. No es posible, pero lo es. No quiero, y quiero a la vez. No quiere, pero quiere. Lo niega, y lo niego. Son objetivos distintos, para qué engañarse. Yo, que busco amor. Él, que no sabe bien lo que busca, o sí, quién sabe. Lo que sé es que ahí se queda, así que baja los pies a la Tierra, que no eres Superman.

No hay comentarios:

Publicar un comentario