jueves, 17 de mayo de 2012

Un pesca con peca

Estaba estudiando a mi amigo Descartes y no es que me parezca demasiado aburrido, pero es que él mismo dice “Pienso, luego existo”, y la cabeza se me va a pensar en cosas varias. ¿Sabes qué? He estado pensando en todas las tonterías que nos salen cuando estamos juntos, en cualquier lado, cuando la gente se nos queda mirando y se ríe, cuando hablan de nosotros, cuando nos miran raro y cuando incluso se meten en nuestra propia tontería. Ya sé por qué cuando estamos sentados en un banco todo el mundo parece diferente, y tan normal… menos tú. También sé por qué se nos quedan mirando, y por qué se rien de nosotros. Porque en realidad no se ríen de nosotros (bueno, reconozco que hay algunos que sí… pero es normal, yo también lo haría), sino con nosotros, comparten nuestra felicidad, o más bien, la compartimos con ellos. Es como cuando te ríes con o de alguien que no conoces y ya te cae simpático. Estás robándole un poquito de su felicidad que a esa persona no le cuesta nada regalar. A mí cuando estoy contigo tampoco me cuesta nada dejar que alguien más se beneficie por nuestra causa, ¿no crees? Porque me siento bien y es como quien dice el mejor remedio. Y quiero pasar muchos más días así, contigo, porque eres tú el que crea esa felicidad, tan natural, que a mí tanto me encanta.
Sé que no vamos a salir ni más listo ni empollones por pasar tiempo en la biblioteca, pero por lo menos sé que más felices sí. Eso ni se duda.
Además, que el que hace tonterías no es que esté loco, es que está feliz.

Pd: Firmado con un guiño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario