lunes, 7 de septiembre de 2015
Learn
You will meet many types of people un your life. You will meet delicate flowers, raging oceans, quiet forests, towering mountains and colourful skies. You will meet thunderstorms, you will meet lightning. They will knock you down, they will leave you breathless. You will meet sunrises, you will meet gardens. Explore them. Get lost with them. They all have something different to teach you.
sábado, 29 de agosto de 2015
Con todo
"Mereces un amor que te quiera despeinada,
con todo y las razones que te levantan de prisa,
con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos,
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café y la poesía."
con todo y las razones que te levantan de prisa,
con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos,
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café y la poesía."
domingo, 2 de agosto de 2015
Intranerso:
Dícese del universo personal que todos guardamos en el interior de nosotros mismos. Es un rincón de difícil acceso y al que no se suele dejar entrar a cualquiera. No se ha logrado determinar con exactitud si se encuentra en la cabeza o en el corazón.
Carlos Miguel Cortés
miércoles, 29 de julio de 2015
Como si se pudiese elegir...
"Lo que mucha gente llama querer consiste en elegir una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estancando en mitad del patio. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige... No eliges la lluvia que te va a calar hasta los huesos al salir de un concierto"
Julio Cortázar
lunes, 13 de julio de 2015
martes, 7 de julio de 2015
Búscate una loca, de las de remate
De las que cuando piensas que ya no puede hacer algo más estúpido, va y te sorprende con algo inesperado.
Busca a quién se ría a carcajadas, sin importarle dónde se encuentra o quién tenga alrededor.
Quien te cuente chistes malos y haga bromas tontas sin que puedas evitar y no sepas por qué.
Que cante por la calle con la música de algún coche e intente que tú también lo hagas. Que baile bajo la lluvia sin preocuparse por su peinado.
Búscate una pesada, una tocahuevos, de las que juegan con tus puntos débiles o manías sabiendo que consiguen desquiciarte, provocando en ti unas ganas locas de ahogarla, pero con abrazos.
Busca una irracional, humilde, sencilla y directa. Que llore, que grite, que tenga carácter. Que te monte numeritos pero que los compense con muy buenas escenas.
Que no sepas como va a reaccionar, que tenga múltiples personalidades y consiga enamorarte con cada una de ellas. Y que solamente puedas hacerla callar con besos.
Esa persona que hará todo lo posible por sacarte una sonrisa en los momentos más duros, que te dará la mano y no te soltará hasta que esté completamente segura de que no pierdes el equilibrio.
Quien no haga falta que te diga nada, porque con la mirada te lo dirá todo. Que te entregará todo desde el minuto uno sin pedir nada a cambio.
Busca una persona con quién pierdas la noción del tiempo y del espacio...
Busca a quién se ría a carcajadas, sin importarle dónde se encuentra o quién tenga alrededor.
Quien te cuente chistes malos y haga bromas tontas sin que puedas evitar y no sepas por qué.
Que cante por la calle con la música de algún coche e intente que tú también lo hagas. Que baile bajo la lluvia sin preocuparse por su peinado.
Búscate una pesada, una tocahuevos, de las que juegan con tus puntos débiles o manías sabiendo que consiguen desquiciarte, provocando en ti unas ganas locas de ahogarla, pero con abrazos.

Que no sepas como va a reaccionar, que tenga múltiples personalidades y consiga enamorarte con cada una de ellas. Y que solamente puedas hacerla callar con besos.
Esa persona que hará todo lo posible por sacarte una sonrisa en los momentos más duros, que te dará la mano y no te soltará hasta que esté completamente segura de que no pierdes el equilibrio.
Quien no haga falta que te diga nada, porque con la mirada te lo dirá todo. Que te entregará todo desde el minuto uno sin pedir nada a cambio.
Busca una persona con quién pierdas la noción del tiempo y del espacio...
Búscate una loca.
miércoles, 3 de junio de 2015
La ruta más larga
Recuerdo que hace tiempo me daba algo de miedo conducir por carretera. Iba a lo seguro, a los semáforos y las calles, a los peatones y los cedas. Una vez fuera de la ciudad era un auténtico desastre. Me visualizaba una y mil veces estrellando el coche contra el quitamiedos, pinchando alguna rueda accidentalmente (con el inconveniente añadido de no saber cambiarla), o quedándome sin gasolina por estar poco hábil controlando las salidas a las áreas de servicio.
Durante un viaje mi miedo desapareció. Aprendí a mantener el control y la calma, a sentirme más segura. Aprendí a afinar la vista y a entender las señales, a respetar la oscuridad y a destrozar los mapas. Aprendí a sentir eso que sienten los tipos de los anuncios de la tele cuando van al volante.
Con el tiempo las carreteras se han puesto de mi lado, me ayudan a disfrutar del paisaje y de la música de fondo. Me recuerdan a películas y a momentos, a rutas sin final y a decisiones sobre la marcha.
No sé vosotros, pero algunas veces, yo seguiría conduciendo sin tener en cuenta el destino. Pasaría de largo la salida prevista y pisaría el acelerador sin pensar en exceso. Hasta donde alcance la gasolina. Hasta donde alcance el cansancio. Carretera y manta, con lo justo en la maleta y el bolsillo. Con una buena cámara de fotos y una libreta para apuntar pensamientos y detalles. ¿No consiste en eso la vida, en hacer algo inesperado y emocionante alguna vez?
Que el viaje sea largo. No recuerdo dónde lo leí, o tal vez, en qué canción lo escuché.
Hay viajes y viajes. Más largos, más cortos. Viajes por amor, por negocios o porque sí. Hay viajes hechos a medida, hechos en fábricas listos para vender al por mayor. Hay viajes imprevistos y viajes impulsivos (y compulsivos). Viajes de novios, de estudios, de despedidas. Los hay más caros y más baratos. Pagados a plazos o a medias. En avión o en tren. En barco o en coche.
En coche.
Cuando viajas en coche es más fácil perderte. Carreteras secundarias, autopistas, autovías, caminos de cabras, comarcales y de mala muerte.
Has de tener bien pensado el trayecto para no acabar dando vueltas sin ningún sentido. Algunas veces, por mucho GPS que haya, una mala decisión genera el caos y la tensión. Te pierdes. Es inevitable.
En la vida, que es nuestro viaje más importante, pasa lo mismo. Por mucho que hayas estado atento a las indicaciones, por mucho mapa que lleves o por buen copiloto que tengas al lado, nadie está exento de equivocarse de salida.
Siempre hay alguna distracción, alguna señal equívoca, algún contratiempo. Algunas veces los mapas se manchan con gotas de café, los navegadores se estropean, o los copilotos se duermen. Algunas veces, se pone a llover tanto que se difuminan las letras de algún cartel, por rápido que tu limpiaparabrisas trabaje. Algunas veces, las carreteras están cortadas y te obligan a desviarte.
Algunas veces ocurre que el desvío te lleva por acantilados, carreteras peligrosas con curvas que requieren la totalidad de tu concentración. Curvas que te obligan a acelerar y a frenar, a cambiar de marcha, a cambiar de canción.
Algunas veces, en medio de todo el imprevisto, toca parar y pensar, tomar aliento y mirar alrededor.
Otras veces ocurre que el desvío te conduce por parajes de ensueño. Carreteras desconocidas de esas que te invitan a mirar por la ventanilla y a cantar en voz alta. Entonces es cuando piensas en que, “fíjate, pues no ha estado tan mal el cambio de planes”.
A veces merecen la pena los desvíos.
A veces merece la pena perderse sólo por disfrutar del paisaje.
En la vida, como en las carreteras, lo que más recordaréis serán los cambios de rutas, los cambios de sentido, los imprevistos y las canciones. En la vida, como en las carreteras, lo que más recordaréis será quién fue vuestro copiloto. Quién sujetaba el mapa y luchaba contra el GPS. Quién se calmaba por mantener vuestra calma. Quién cambiaba de canción. Quién os amenizaba el viaje. Quién os abría la botella de agua.
En la vida, como en las carreteras, más que el paisaje cuenta el viaje. Más que las fotografías cuentan los momentos. Más que el copiloto cuenta el compañero.
En la vida, como en las carreteras, a fin de cuentas poco importa más que las decisiones a tiempo.
Y si te equivocas de salida, tranquilo, darás más vuelta, pero al final podrás llegar a tu destino.
Que el viaje sea largo.
Poco más importa.
Lo demás, a fin de cuentas, está de más.
miércoles, 6 de mayo de 2015
No love without freedom, y viceversa

Lo poco que sé del amor, ven que te cuente, lo aprendí de unos cuantos cuadros, de unas cuantas canciones, de unos cuantos libros y de unas cuantas películas. Lo aprendí a base de manías y defectos, de viajes en coche, de grandes meriendas y mejores vistas. Lo aprendí de las madrugadas y las horas bajas, de las aventuras, de los minutos que pasan y de las cosas que te sobran cuando tienes lo que te hace falta.
viernes, 10 de abril de 2015
Que nos quede la risa
Al cuerno con la gente que nunca se salta las normas, con la que nunca hace nada espontáneo, con la que nunca llega tarde a nada. Que se vayan al cuerno los que no saludan ni dan las gracias. Al cuerno con todos los que no miran a los ojos cuando hablan con alguien. Al cuerno los que no suman, los que más bien restan. Los que restan buen humor, los que hacen sombra, los que quitan la ilusión. Al cuerno con la gente que siempre lo ve todo medio vacío, desde vasos hasta corazones. Los que siempre te buscan la vuelta y las cincuenta mil patas al gato.
Al cuerno con todos ellos. Y también con los que no saben apreciar un buen gesto. Con los que hablan por hablar, con los que tiñen la mala educación de sinceridad, con los que no saben ni cuándo callar ni cuándo parar. Al cuerno. Que se vayan al cuerno todos esos cobardes llenos de palabrería, y también quienes juzgan sin saber y opinan por empatizar. Los del “quedabien”. Al cuerno, también, los buenos que no hacen nada por condenar a los malos. Los que miran a otro lado. Los que duelen, los que dañan, los que roban.
Y al cuerno también con las apariencias. Y con la gente que decidió dejar de luchar, con la que decidió rendirse, con la que no se quiere. Al cuerno los que dejan de arreglarse cuando ya se han ganado a la novia (y viceversa). Al cuerno con las dietas y los complejos. Con los estereotipos. Con las barbies y los héroes fibrados. Con la piel de naranja y las patas de gallo. Y al cuerno también con los vestidos ajustados y los tacones altos. Y sobre todo, al cuerno con las necesidades que nos hacen creer que tenemos y que NO tenemos. Y la gente que critica los kilos de más y los kilos de menos. Que cada cual es como es, y quien no lo entienda, ya se sabe el camino “al cuerno”.
Y que se vayan al cuerno también los miedos. Todas las inseguridades que nos evitan avanzar y ser felices. Todas las lágrimas que no sean de alegría. Todo lo que nos meta en una burbuja y nos impida ver la realidad. Que la realidad está para verla y, por supuesto, para vivirla.
Y que nos quede la risa cuando nada más nos quede. Que nos salga la risa de cuando estás enfadada y no te quieres reír. La risa de cuando la paz, la paz de cuando se acaba la guerra. La risa que sale de dentro. Que todos tengamos algo o mejor dicho, alguien, que consiga provocarnos esa clase de risa. Que todos tengamos algo que contarle a la almohada esta noche, algo que sentir, algo por lo que vivir, algo que cuente. Porque lo demás no cuenta, de verdad.
Lo demás, en serio, está de más.
jueves, 9 de abril de 2015
Lo que me gusta:
La gente graciosa sin querer, guapos que no lo saben y sabios que escuchan más de lo que hablan. Y en definitiva, la gente natural, que no aparenta, que es tal y como se muestra a los demás.
Una de las mejores sensaciones del mundo es reírse con otro y, a mitad de risa, darte cuenta de cuánto disfrutas con esa persona y de su existencia.
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